Interés en la selección del eje:
Ante todo debo confesar que me resulta poco posible separar los distintos ejes en que se encuentra dividido este tema. Pensar los cambios y permanencias asociados a la cultura digital sin reflexionar sobre los sujetos que participan en esa cultura, cual son los saberes y las emociones que son puestos en juego y como se redefinen el tiempo y el espacio en ella, me terminaría resultando un pensar en cambios y permanencias sin ningún nivel de asociación con la realidad. Por otra parte, me resulta necesario contextualizar esa realidad en el nivel del sistema educativo en el cual trabajo. En consecuencia, en estas líneas sobre la cultura digital se irán (o se me irán) cruzando todos ellos, por supuesto bajo la lupa de lo que cambia y lo que queda.
La escena con la que nos encontramos desde las décadas finales del siglo pasado es la de un sistemático y acelerado desarrollo de las tecnologías digitales de la comunicación y la información, lo que ha llevado a que éstas tengan un lugar de privilegio en nuestra vida cotidiana. Este fenómeno, entre otras, genera algunas consecuencias relevantes que me interesa remarcar: la primera, ha llevado a que el acceso, el procesamiento y la producción de información sean factores fundamentales, e ineludibles, de poder; la segunda, éstas tecnologías surcan los procesos de integración y desarrollo social, desde los niveles más micro a lo más macro (desde la pequeña aldea a la aldea global); y, la tercera, en ese marco se generan nuevas subjetividades, distintas a las que cómodamente creíamos conocer, en las que la ideas de la no perdurabilidad de las cosas y su reemplazo a muy breve plazo por algo nuevo son predominantes.
Mi interés radica en que, en este nuevo escenario (ya no tan nuevo), no resulta posible discutir si las tecnologías digitales deben estar presentes o no en la Escuela; sino que la discusión está dada, o en su caso debe darse, en relación a cual es la mejor manera de incorporarlas. Es en esa discusión en la que debemos identificar para qué queremos estas tecnologías en la Escuela y cómo, y en que medida, transforma o debe transformar las metodologías, los contenidos, los formatos, en definitiva la gramática escolar.