De Matilde Robustelli

 A pesar de la fuerza de esta cultura en la sociedad actual, muchos docentes al decir de A.M.Chartier se muestran nostálgicos del pasado y se quejan de la pérdida de vigencia del libro entre los jóvenes de hoy. Para éstos es “cultura muerta”, pues como aporta Urresti cada uno hoy programa sus contenidos vía computadora, internet, teléfonos móviles,etc.”Se mira el mundo por una pantalla”…a través de la que propone internet, movilizando así profundos cambios en la industria cultural. Esta metáfora de los nuevos modos de estudiar, divertirse, comunicarse, suele inquietar a los docentes que creen perder espacios frente a sus alumnos y se sienten descolocados ante “este peligro” que amenaza con competir con sus clases con cierta ventaja. Esta situación requiere que los docentes reflexionen acerca de repensar sus prácticas a la luz de la circulación de las nuevas tecnologías y pensar cómo procesar las distancias generacionales y las desigualdades sociales…” Lejos de pensar el vínculo de la cultura escolar con la cultura mediática y con Internet en términos de divorcio, resulta importante que la escuela y los docentes puedan traducir los cambios de la sociedad contemporánea en el curriculum, incluyendo una lectura crítica de los medios audiovisuales y electrónicos”( Massone). En este nuevo modo de mirar el mundo a través de las pantallas, también cambiaron las relaciones de poder y autoridad entre el mundo adulto y las jóvenes generaciones. Si bien Internet ha multiplicado la disponibilidad de información en variadas formas de comunicación: textos, imágenes fijas y en movimiento y sonidos, accesibles a gran velocidad, “información no es lo mismo que conocimiento”. Las estrategias para transformar la información en conocimiento a ensenar, se convierten en una tarea de la escuela, mediada por la autoridad cultural de los docentes. (Brito y otros).

La situación actual nos incita a desandar nuestro propio recorrido de formación docente y emprender un camino hacia la propia alfabetización en imágenes, para que la escuela incluya la posibilidad de formar también, internautas e incorporar nuevos formatos culturales para reposicionarse como trasmisora de cultura. “Se trata de un cambio radical del proyecto cultural de la escuela”. (Tiramonti).

Un comentario en “Los docentes y la cultura digital

  1. En general, creo que los adultos vemos la relación que los jóvenes tienen con las tecnologías bajo una lógica negativa y, hasta, pesimista. Pérdida de tiempo, de relaciones reales o presenciales, de actividades deportivas, de contacto con la naturaleza son tan sólo algunos ejemplos y argumentos; observamos, también, con preocupación cierto exceso de narcisimo, cierto solipsismo onanista y otros tantos “ismos” quizás más peligrosos, en los que los jóvenes parecen ir hacia un encierro con sus computadoras. De ahí que elogiamos al joven que pasa algunas horas diarias en su cuarto o en una plaza al aire libre, pero el mismo joven frente a una PC o un videojuego nos inquieta. Estos prejuicios nace de una vieja lucha entre cultura popular y cultura culta que es necesario erradicar y no sólo desandar, no porque la distinción entre lo culto y lo popular nos sea indiferente sino porque la mirada prejuiciosa nos impide pensar los conflictos, tensiones, negociaciones y alianzas que se expresan a través de ellos.
    Si bien los desencuentros intergeneracionales no son nuevos, en estos momentos pareciera levantarse un muro infranqueable pero, quizá, cabría la posibilidad de seguir pensando alternativas a partir de la pregunta que nos acerca Anne Marie Chartier: ¿Cuáles serán para ellos los conocimientos “importantes”, “apasionantes”, que permitan comprender el mundo?…

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