De un tiempo a esta parte hablamos de una revolución de la información y de las comunicaciones que afectan, alteran o dinamizan todos los ámbitos del hombre: el hogar, el trabajo, las relaciones interpersonales, las formas de convivencia, la cultura, la economía, la política, la educación.
En este sentido, Guillermina Tiramonti, sostiene, también que “el fenómeno más significativo es la revolución de las comunicaciones, tanto por el desarrollo de los massmedia como por el de las tecnologías electrónicas para la transmisión y el almacenamiento de datos”[i]. Y la escuela como institución social no es ni puede ser ajena a los cambios culturales que la atraviesan y que empiezan a desdibujar sus márgenes.
La escuela media, que es sobre la que me interesa reflexionar, presenta nuevas demandas y exigencias de la sociedad. Al ser obligatoria necesita ser, indiscutiblemente, inclusiva. Y para ser inclusiva necesita modificar sus estructuras, sus formas.
Tiramonti afirma que “después de las reformas de los 90 y de sus dificultades para intervenir sobre las prácticas escolares, hay un consenso generalizado respecto de que el problema de las reformas generales radicó en que no intervinieron sobre la gramática escolar y tampoco modificaron en forma significativa la distribución del tiempo y del espacio en las escuelas”[ii] .
Las dos categorías mencionadas: tiempo y espacio, a partir de la cultura digital han comenzado a modificarse. El momento y el lugar para el proceso de enseñanza – aprendizaje ya no puede definirse por los límites del espacio y del tiempo que proponía la escuela moderna. Aprendemos a toda hora y en todo lugar. Contamos con información digital heterogénea, múltiple, envasada en diferentes formatos que nos permiten acceder de manera diferente al conocimiento.
También, asistimos a un nuevo espacio, el de la virtualidad, que permite el trabajo en red, sin la necesidad de estar en el mismo lugar geográfico ni en el mismo momento.
En estos tiempos también se facilitó la comunicación entre profesores y estudiantes, generando un nuevo tipo de relación. A través de múltiples programas se ofrece la posibilidad del trabajo solidario, colaborativo que busca el beneficio compartido y no el personal.
Las nuevas tecnologías nos van mostrando nuevos caminos por donde transitar para acceder al conocimiento, no son meras herramientas sino oportunidades. Como dice Guillermina Tiramonti, “se trata de reconocer a las nuevas tecnologías de comunicación como tecnologías de intelectuales, esto es, como estrategias de conocimiento, y no como meros auxiliares de la tarea escolar. (…) se trata de incorporar los medios audiovisuales como objeto de estudio de la cultura cotidiana de los chicos, de la sociedad en que vivimos, de los acontecimientos que jalonan nuestra historia y de los múltiples modos de contarnos esa historia” [iii]
[i] Tiramonti,G. La escuela media frente a los mandatos sociales y a las nuevas formas de diferenciación social. Clase 6: Especialización Currículum y prácticas escolares en contexto – 2014 | |
[ii] Tiramonti,G. La escuela media frente a los mandatos sociales y a las nuevas formas de diferenciación social. Clase 6: Especialización Currículum y prácticas escolares en contexto – 2014
[iii] Tiramonti,G. La escuela media frente a los mandatos sociales y a las nuevas formas de diferenciación social. Clase 6: Especialización Currículum y prácticas escolares en contexto – 2014