Pensar en los saberes que se ponen en juego en la cultura digital, nos llevaron a orientar nuestra reflexión en dos aspectos: la articulación con las propuestas en el diseño curricular y las posiciones que adquieren los sujetos en relación a ellos. En este sentido, nosotras, como parte de equipos de conducción de diferentes niveles y como docentes de institutos de formación docente, intentamos recrear, a través de experiencias cotidianas (Programa Educativo de la CONAE, creación y uso del blog), alguna de nuestras prácticas dentro de las instituciones en las cuales trabajamos. Partir de las propuestas que se generan, de las dificultades, de los miedos, del desconocimiento e incluso, desde la oposición. Pero, fundamentalmente ambicionamos, la posibilidad de poder construir significados. Significados que desde distintos puntos de vista (históricos, políticos, educativos y culturales), implican definir algunos fines como siempre ha sido tradición en los sistemas educativos modernos: “definir claramente los fines de la educación (en concordancia a los fines de la sociedad en la que se desarrolla) e implementar los medios adecuados para el logro” de los mismos.
Planteamos el cambio de paradigma al introducir el trabajo con las nuevas tecnologías. Retomar la trama de sentidos que está inserta en la cultura escolar y tratar de modificarla de a poco, generando distintas oportunidades de conocimiento. Isabelino Siede, en la clase 3, habla de códigos explícitos e implícitos que actúan como contexto en la vida institucional. Develar estos códigos, le dan pertenencia o se la quitan a quienes conviven y circulan en la escuela.
La escuela se ha constituido en el “lugar para estar de los jóvenes” y esto la transforma en un espacio en el cual el presente y los modos de habitarlo adquieren una relevancia que no tuvo en el pasado.
Guillermina Tiramonti (2014). La escuela media frente a los mandatos sociales y a las nuevas formas de diferenciación social, Especialización Currículum y Prácticas escolares en contexto. Clase 6. Flacso.
Escenas escolares como éstas:
nos indican que la frontera entre lo escolar y lo no escolar ya no se define por los límites del espacio y el tiempo de la escuela, y es cada vez más difícil de balizar. Hay que poner en evidencia que hay mucho de “no-escuela” en el horario escolar. ¿Qué hacemos ante esto?
Frente a la presencia permanente de los celulares, tablets, ipod, computadoras en el aula, tendremos que estar atentos a cómo se negocia la coexistencia de distintos tipos de agrupamientos: los presenciales y los virtuales.
Pero habría que analizar qué se gana y qué se pierde cuando todas las afinidades son “electivas” según el gusto del consumidor, y cuando se deja de lado una idea de cultura común y pública, que fue y es tan central a la tarea de la escuela como institución social.
Dussel, Inés, (2011). Aprender y Enseñar en la Cultura Digital. Fundación Santillana
Los diferentes saberes posicionan a los docentes, hasta los reposicionan, dentro de modalidades de trabajo que a veces logran obstaculizar el ingreso de las nuevas propuestas. Podemos, entonces, cuestionarnos por qué si los docentes son sujetos que pueden desarrollar en los otros la posibilidad de crear, recrear y transformar conocimientos no logran en algunos casos darse la posibilidad de explorar y dejarse seducir por lo nuevo, como un espacio de aprendizaje, de indagación, de renovación no sólo profesional sino, también, personal.
Introducir la cultura digital en la escuela, supone hablar, desde algunos autores (Dussel – Southwell), de nuevas alfabetizaciones. Pensar en la enseñanza, es pensar en una pedagogía multidimensional, es decir, distintos modos de representación de experiencias, diferentes lenguajes…Es importante realizar con los docentes
“una introducción de las nuevas tecnologías que no las consideren solamente un recurso didáctico que amplía las posibilidades materiales del aula, sino también, y sobre todo, formas culturales importantes de esta época, ámbitos productivos y recreativos de la cultura, la política y la economía contemporáneas, que tienen muchos efectos sobre nuestras propias vidas”
Dussel , I. y Southwell , M. (2005). Lenguajes en plural. En Monitor de la educación común (13) Dossier.” La escuela y las nuevas allfabet izaciones”
Hacer hincapié en nuestras prácticas diarias es tratar de tomar conciencia, que a pesar de que hay mucho disponible en el vasto universo de las TICs, habría que preguntarse, en realidad, qué se llega a ver, quiénes son parte de la audiencia, qué saberes circulan y cómo son sus narrativas.
Mucho podemos hacer… Como lo plantean Jewitt y Kress (2003) el alumno estaría frente a la posibilidad de descubrir un nuevo “modo” semiótico con textos, en la pantalla, donde el espacio se conceptualiza no linealmente y que presenta diferentes ubicaciones visuales y diferentes direccionalidades.
Dussell (2009) nos propone que esa tecnología enriquezca la vida del alumno y lo lleve a plantearse preguntas, reflexiones e indagaciones con ocasiones para compartir y aprender de y con otros. En términos similares Cope y Kalantzis hacen referencia a que el estudiante sea creador de conocimiento y de cultura, se conecte al mundo, trabaje en grupo y haga un uso productivo de sus propias diferencias.
MARÍA LAURA MAUCERI – STELLA MARIS MENÉNDEZ
Con “escuelas destituidas y familias perplejas” (Corea y Lewkowicz, 2004), hoy “la subjetividad dominante no es institucional sino massmediática (Lewkowicz, 2004). Sus reglas básicas no son de normativa y saberes sino de imagen y opinión. En este sentido, Alejandro Piscitelli plantea que “proclamar el poder apolíneo de la escritura y de la lectura en contra de la dimensión dionisíaca de la imagen y de los medios audiovisuales es un ejercicio de infantilismo epistemológico” (2005). Creo que aún resta mucho por hacer, entonces, aunque vamos por muy buen camino…
Tener presente qué finalidades tiene la escuela, aunque parezca obvio, es lo que nos permitiría avanzar en esto que ustedes plantean. Es eso lo que nos da el margen de negociación de sentidos, de considerar las culturas infantiles y juveniles para producir conocimiento, sin que eso signifique darles más de lo extraescolar.
Acuerdo en que no podemos dudar en emplear o no estas tecnologías, son parte del contexto en el que circulamos. Tener en claro que nuestra finalidad es la enseñanza, ayuda a evitar tomar las TICs como un fin en sí mismas, como objeto de consumo.
Coincido con Raúl en que no se trata de confrontar el viejas y nuevas formas de lectura y escritura sino de establecer puentes entre los diferentes lenguajes para la construcción de sentido.