Los docentes de mi generación nacimos en la era Guttenberg de lectura lineal e impresa. Esto supone como expresa Barbero, en la clase 6 de Tiramonti , una primera tensión entendida como “una ruptura generacional” con nuestros jóvenes nativos digitales que leen desde las imágenes y los hipervínculos. A menos que logremos una rápida adaptación a sus nuevas formas de aprender corremos el riesgo de perder a nuestros sujetos de aprendizaje. Las TIC inciden sobre su motivación, permiten aulas que van más allá de los límites impuestos por las paredes de los edificios y estimulan el aprendizaje colaborativo y en red. Este último es un requisito también de los lugares de trabajo , y los últimos premios Nobel de Ciencias han sido destinados a equipos de investigadores residentes en diferentes partes del mundo que comparten sus conocimientos a través de la red, en lo que ha dado en llamarse la “sociedad de la información”. La no comprensión de estos cambios dejaría a la escuela fuera de los circuitos de transmisión cultural.
Una segunda tensión está dada en nuestro país por la inclusión educativa obligatoria en el nivel secundario de miles de jóvenes de sectores mensos privilegiados, a partir de la LEN 26.206/06. Para ellos Conectar Igualdad representa un programa dispuesto a disminuir la brecha digital existente en nuestra sociedad. Y curiosamente los estudiantes de las clases medias altas que al igual que en Francia ( Agnes Van Zante, clase 8 ) están emigrando hacia la educación privada, carecen de estas ventajas.
No obstante, no alcanza con que la escuela incorpore a las TIC sólo como herramienta, debe haber una transformación pedagógica a la vez que de los procesos de evaluación. Los roles de docentes y estudiantes cambian y coincidimos con Pinkasz en que “sólo si la escuela asume a los medios como dimensión estratégica de la cultura, podrá interactuar con los nuevos campos de experiencia surgidos de la reorganización de los saberes, los flujos de información, las redes de intercambios creativos y con la hibridación de las ciencias y las artes”. Las TIC permitirían el desarrollo de un curriculum que permita considerar las necesidades de nuestros sujetos de aprendizaje actuales.
De allí los múltiples desafíos que representa la formación de docentes en el contexto actual: debemos prepararlos para un mundo regido por las tecnologías que ni siquiera podemos imaginar. Es interesante leer a Litwin (2003) y comparar todo lo que se ha avanzado en términos de formación de docentes a través de formación docente continua en nuestro país, con propuestas tales como la Especialización Docente en Educación y TIC brindada de manera gratuita por el ministerio de Educación de Nación. Sin embargo, la investigación sobre su impacto en las prácticas de enseñanza y los aprendizajes de los estudiantes aún está pendiente de investigación.