Tal como menciona la autora Flavia Terigi para nosotros es difícil dejar atrás la idea de que estamos en un mundo de cambio permanente si cuando nacimos el teléfono era una tecnología de acceso eventual y hoy la telefonía móvil tiende a reemplazarlo masivamente; si estudiar era sentarse a la mesa con un libro lápiz en mano y ahora es estar del otro lado de la pantalla resaltando con una función del procesador de textos las ideas que nos interesan… Pero .¿Por qué debemos preparar a nuestros alumnos para que aborden experiencias relacionadas con la cultura digital? Porque los jóvenes son protagonistas de una experiencia cultural distinta a la de generaciones precedentes. Socializados en la época de la televisión y de Internet, los medios de comunicación, la música, el cine y otras expresiones son para muchos jóvenes el lugar desde el cual dan sentido a su propia identidad. Los jóvenes viven una experiencia cultural distinta, nuevas maneras de percibir y de sentir, de escuchar y de ver. La autora Guillermina Tiramonti nos advierte acerca de la importancia en el siglo XXI de aprender a leer los textos audiovisuales y los hipertextos como condición indispensable para la incorporación de las nuevas generaciones a un intercambio cultural que permita la constitución activa de la ciudadanía.
¿Qué debe hacer la escuela? Debe reconocer los nuevos códigos culturales y poner en juego los instrumentos que proporciona la cultura letrada para interactuar inteligentemente con los medios audiovisuales y electrónicos. Se trata de un cambio radical del proyecto cultural de la escuela. En primer lugar, se trata de reconocer a las nuevas tecnologías de comunicación como tecnologías de intelectuales, esto es, como estrategias de conocimiento, y no como auxiliares de la tarea escolar. En segundo lugar, se trata de incorporar los medios audiovisuales como objeto de estudio de la cultura cotidiana de los chicos, de la sociedad en que vivimos.
Por otro lado, es preciso mencionar el contexto de pobreza y exclusión social, donde tienen lugar las experiencias relatadas anteriormente, y como respuesta a esta situación el Estado implementó el Programa Conectar Igualdad en las escuelas. En la clase 6, se puede leer que ante el actual escenario de inequidad se produjeron una serie de iniciativas políticas que, en el caso de la educación media, se vieron animadas por la búsqueda de alternativas para atender a la masificación y el ingreso de nuevos grupos sociales en las escuelas secundarias. Así mismo existen otras acciones en contra de la exclusión que apuntan a crear nuevos formatos para brindar nuevas oportunidades educacionales a los jóvenes basados en la flexibilidad, el método integrado y la innovación tecnológica.
De ahí que si lo que determina la inclusión o no en una sociedad es el acceso de sus integrantes a los circuitos de información y a los flujos de comunicación, todos los procesos que median en la transmisión cultural se vuelve cruciales.
Sin embargo, como ha señalado la UNESCO en su último informe (2005): “Hacia las sociedades del conocimiento”, la información no es necesariamente conocimiento, la información resulta ser un instrumento del conocimiento pero no el conocimiento en sí. Para que la información se transforme en conocimiento debe ser apropiada por los sujetos. Por esa razón tanto instituciones, como los sistemas educativos e incluso sus agentes, cuyo sentido es la transformación de la información en conocimiento, se ubiquen natural e inexorablemente, en la encrucijada contemporánea. Encrucijada que, como las crisis, creo puede convertirse en una gran oportunidad.