Todas las entradas de: Estefanía Lucila PAPAKIRIACOPULOS

Trascender tiempos y espacios: reflexiones sobre un cambio

gaturro_010408

 

El surgimiento de la escuela se consolidó en torno a las tecnologías ligadas a la lectura y la escritura disponibles a fines del siglo XIX: el libro, la pizarra, el pizarrón, el cuaderno, el lápiz. ¿Será momento de pensar en nuevos objetos en la cultura escolar?

Brito[1] nos habla de la motivación como una dimensión que no sólo representa una demanda para los profesores en relación con los estudiantes, sino que también los alcanza a ellos. El ensayo de formas para captar la atención y el interés de los alumnos, y encontrar así reconocimiento, implica la búsqueda de la propia motivación. Nuevos modos de pensar el tiempo y el espacio pueden darnos pautas para considerar tanto nuestra propia motivación como la de nuestros alumnos.

“Se trata de incluir y acompañar a los docentes en la compleja tarea de entender e intervenir en la nueva escena escolar, teniendo como horizonte el cumplimiento del derecho a la inclusión justa de sus alumnos.” (Brito, 2009, p. 19).


[1] Brito, A. Acerca de un desencuentro: la mirada de los profesores sobre los alumnos de la escuela secundaria en Argentina, Revista Iberoamericana de Educación Nº 51, (2009), pp. 139-158.  

Trascender tiempos y espacios: la cultura digital y la escuela

En cuanto a la primera experiencia, surgen preguntas como “¿estás?”, ¿acá o en el espacio virtual?”. La presencia de aparatos portátiles como los celulares permite “estar y no estar” en varios lugares a la vez; lo escolar y lo no escolar ya no se define por los límites de tiempo y espacio de la escuela. Pero el afán de querer mostrar todo lo que estamos haciendo o pensando nos quita a veces la posibilidad real de “estar”. Andrea Brito[1] señala que dentro del marco de condiciones necesarias para llevar a cabo la tarea educativa, el encuentro entre docentes y discentes resulta de importancia central. Si bien en este caso el “trascender” tenía que ver con lo que estaba sucediendo en el aula, los nuevos objetos pueden resultar en distracciones en cuanto a la “división de la atención”[2]. Pero (retomando a Brito) la confianza mutua y el reconocimiento recíproco entre quienes integran la escena escolar como condición para el logro de procesos efectivos de enseñanza y aprendizaje, nos lleva a pensar en consensos y acuerdos  respecto al “estar” y a los objetos.

Estamos ante una massmediatización de la experiencia social (Clase 5), es decir, del avance de los medios masivos de comunicación y su influencia en la cultura. Una experiencia individual llega, a través de Facebook, a gran cantidad de receptores.

Un problema respecto a los mails es el “ruido” que puede haber en el proceso; si bien el mail trasciende el tiempo (se puede leer  en cualquier momento) y el espacio meramente institucional, las dificultades surgen cuando los mails “no llegan”, o se leen pero no se contestan. Además, no todos los profesores (especialmente los mayores) cuentan con el conocimiento de las nuevas tecnologías; saberes que muchas veces se dan por sentados. Los cambios culturales y tecnológicos van modificando a las organizaciones. Todo lo que configura las culturas escolares actuales alguna vez fue puesto y propuesto, fue novedad implícita o evidente, porque las organizaciones cambian. (Clase 3).

Dussel y Southwell[3] plantearon la necesidad de incluir en la escuela otros saberes básicos, cada vez más necesarios. Mencionan a la alfabetización digital y la mediática, y consideran que para desandar, aunque sea en parte, la brecha que se instaló entre la escuela y lo contemporáneo, sería deseable que la organización pedagógica y curricular se estructurara como un diálogo más fluido, más abierto, con los saberes que se producen y circulan en la sociedad. Estos planteos también resultan válidos para los docentes que no han sido “alfabetizados” respecto a lo digital.

Muchos docentes perciben a los libros de temas como parte fundamental de la cultura escolar, en tanto pueden completarlos día a día, y no enviarlos digitalizados para todo el año. Como profesores, lo que son y hacen en la escuela es interpretado a partir de la cultura institucional, en la que aparecen modalidades y creencias sobre la tarea docente y la función educativa de la institución, aunque no son monolíticas y tienen variaciones considerables según los niveles del sistema educativo (Clase 3). Para estos docentes, parte de su tarea incluye “llenar” los libros a mano.

Vemos que el alumno, un muchacho joven, utiliza el celular en el aula como un objeto incorporado a sus prácticas cotidianas. Por otro lado, algunos docentes se resisten a digitalizar los libros de temas, al sentir que de ese modo se restringe su creatividad. En cierto sentido, nos encontramos aquí frente a la “brecha generacional”. Dussel[4] señala que la brecha digital se está desplazando del acceso a los usos. Tanto los alumnos como los docentes tienen acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, pero vemos diferencias en cuanto a los usos. Los “nativos digitales” e “inmigrantes digitales” (Massone, 2011) se ven resignificados; el tiempo se redefine desde la cultura digital no por una cuestión de edad o de generación, sino por la relación que se establece con la tecnología y por los usos dados a los objetos. Muchos docentes y alumnos jóvenes continúan siendo “inmigrantes digitales”, en tanto algunos de más edad modifican o enriquecen sus prácticas de manera significativa a través de las nuevas tecnologías.

En los profesorados, es posible observar la presencia de generaciones “intermedias”, en las que la idea de “brecha digital generacional”, planteada por Buckingham, se vuelve difusa. Profesores (jóvenes o adultos) que utilizan (o no) objetos de la cultura digital, y alumnos (jóvenes o adultos), que han incorporado (o no) objetos de la cultura digital. La enseñanza y el aprendizaje trascienden la frontera de lo escolar, y el conocimiento sobre los nuevos objetos se realiza generalmente fuera de este ámbito. En palabras de Coll Delgado y Müller: “…el carácter inacabado de la vida de los adultos es tan evidente como el de los niños (…) deben ser vistos como una multiplicidad de seres en formación, incompletos y dependientes, siendo necesario superar el mito de la persona autónoma e independiente, como si fuera posible no pertenecer a una compleja red de interdependencias.” [5] En definitiva: seguimos aprendiendo toda la vida…

 


[1] Brito, A. Acerca de un desencuentro: la mirada de los profesores sobre los alumnos de la escuela secundaria en Argentina, Revista Iberoamericana de Educación Nº 51, (2009), pp. 139-158.  

[2] Dussel, I. Aprender y enseñar en la cultura digital. VII Foro Latinoamericano de Educación. Experiencias y aplicaciones en el aula. Aprender y enseñar con nuevas tecnologías. Buenos Aires, Santillana, 2010.

[3] Dussel, I. y Southwell, M. (2005). “Lenguajes en plural”. Monitor de la educación común. (13) Dossier: La escuela y las nuevas alfabetizaciones”.

[4] Dussel, I. Aprender y enseñar en la cultura digital. VII Foro Latinoamericano de Educación. Experiencias y aplicaciones en el aula. Aprender y enseñar con nuevas tecnologías. Buenos Aires, Santillana, 2010.

[5] Delgado, A.C. y Müller, F. (2005). Sociología de la infancia, en Em Educação e Sociedade (26) num. 91, 351–360.

Trascender tiempos y espacios: la cultura digital y la escuela

Experiencias

Experiencia 1. Primer año del profesorado. Para la clase de Mediación Pedagógica, había llevado en unos papelitos algunas frases de Paulo Freire, para poder reflexionar y comenzar el diálogo a partir de las ideas allí plasmadas. Los estudiantes, en grupos, debatían y compartían; luego hicimos una “puesta en común”. A uno de los estudiantes le gustó la frase que le había tocado, y sacó una foto con el celular. “La voy a subir al Facebook”, dijo, acción que realizó en aquel mismo instante. Sentí ese pequeño acto como una muestra de interés y motivación; “compartir” en Facebook implicaba comunicar al “afuera”, trascender el espacio del aula y el tiempo de la clase para vincularse con otros por medio de la red social, otros que no estaban presentes en el aula  El estudiante “estaba” y “no estaba” al mismo tiempo. O, para decirlo de otra manera, estaba en diferentes espacios al mismo tiempo…

Experiencia 2.  A comienzos del año pasado, se propuso en una reunión de profesores que los libros de temas de la institución (terciario), que habitualmente se llenaban “a mano” antes de las clases, o en algún otro momento, se enviaran digitalizados al mail de la secretaría. Luego se imprimirían, y los profesores solamente tendrían que firmar al llegar.  Algunos docentes señalaron que al completar de ese modo los libros de temas se perdería la creatividad o espontaneidad del docente, o aquello que se estaba trabajando con diversos grupos. Un objeto de la cultura material, donde se plasma la memoria institucional, vio redefinida su “forma”: ya no se trata de papeles en blanco, completados a lo largo del año, con diferentes caligrafías, sino de un objeto más homogéneo, plano, que trasciende en cierto sentido el tiempo, “anticipando” el futuro, el año escolar. De todas maneras, se decidió que aquellos que quisieran seguir completando el libro a mano podrían hacerlo.

Hace unos años también se utiliza el mail como forma de comunicación, tanto para asuntos institucionales (reuniones de profesores, actos, etc.), como para comunicar noticias acerca de la comunidad educativa: nacimientos, fallecimientos, etc.

Trascender tiempos y espacios: reflexiones para un cambio

Seguimos pensando en tiempo y espacio redefinidos… En este video, Ariel Merpert nos invita a revisar nuestras formas de “estar” desde las redes sociales. Para “estar presente”, es necesario definir un tiempo y un espacio, según un diccionario. Pero la redefinición de tiempo y espacio nos obliga a pensar en nuevas palabras. “Estar” no significa lo mismo que antes en esta cultura digital. Podemos “estar” en muchos espacios al mismo tiempo. Las redes sociales son espacios que tienen reglas muy distintas a los espacios tradicionales. Merpert propone una nueva alternativa frente a la insuficiencia de la palabra “estar” hoy en día en las redes sociales.

“¿Estás?” Las redes sociales y la(s) presencia(s) hoy

https://www.youtube.com/watch?v=WRQQryMMW24

 

 

Trascender tiempos y espacios: la cultura digital y la escuela

A través de los objetos, artefactos y tecnologías presentes en la vida escolar, podemos analizar la cultura material de la escuela. Para Vidal (2007), estos objetos constituyen “la forma material de las ideas y de los discursos”, no sólo sobre la organización del aula, sino también (según Walter Benjamin), sobre cómo las personas usan, consumen y construyen la cultura material en relación con los espacios sociales que habitan y con sus ocupaciones cotidianas. Considerar los objetos de la cultura digital en la escuela nos lleva a  pensar cómo el tiempo y el espacio han sido redefinidos a partir de esta cultura.

Una de las piezas del fenómeno escuela identificada por Pineau [1] es la ubicación en un espacio y un tiempo específico, definidos por la escuela. La cultura digital y sus objetos irrumpen en ella para reconfigurar tiempos y espacios que van mucho más allá de la cultura escolar. Las prácticas de docentes y alumnos se modifican con la incorporación de las “nuevas” (no tanto) tecnologías; la distancia entre la cultura escolar y la cultura digital nos habla de tiempos y espacios diferentes, distancias y límites definidos por una u otra.

La escuela sigue siendo espacio de encuentro entre culturas. Tiempos y espacios. Apropiación, resistencia, cambios, posibilidades, dificultades, herramientas, medios… Nancy Romero [2] señala que “el presente de las aulas nos invita a formular nuevas preguntas, a conocer y a comprender críticamente las innovaciones contemporáneas (…) Innovaciones que intentamos entender, al mismo tiempo que las utilizamos porque ya son parte de nuestras vidas…”. Objetos y tecnologías que forman parte de la vida cotidiana, y no “llegaron para quedarse” porque continuamente avanzan, se transforman y reciclan obligándonos, como educadores, a reflexionar sobre nuestras prácticas desde la cultura digital. Las nuevas tecnologías son cada vez más parte del “paisaje escolar” y de la cultura material de la escuela; las preguntas, interrogantes y cuestionamientos se hacen necesarios desde el presente.

 

 

[1] Pineau, P. La escuela en el paisaje moderno. Consideraciones sobre el proceso de escolarización.

[2] Nuevos papeles del texto escolar en la escuela primaria. Prácticas con matices, en Finocchio, Silvia; Romero, Nancy (comp.). Saberes y prácticas escolares, Buenos Aires, FLACSO-Homo Sapiens.