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REVISITAR EL PAISAJE ESCOLAR: MIRADAS DEL MAESTRO EXPLORADOR

REVISITAR EL PAISAJE ESCOLAR: MIRADAS DEL MAESTRO EXPLORADOR

Mis intereses en este espacio de relaciones de conocimientos que habilita pensar los “sujetos” jóvenes que desean “llegar a ser” educadores, se traman en un campo de sentidos/significaciones entretejidos en diversos y emergentes lenguajes digitales, desde la producción de la imágenes de los escenarios sociales donde abrir la Transmisión Cultural a los niños, a las infancias en Territorio Escolar.

 

Pensar en los itinerarios de exploración de los territorios de la Cultura y los modos de leerla y recrearla para habitarla de un modo más responsable y placentero, implica pensar en las tramas de Formación que permita que los jóvenes transiten y se constituyan en Experiencias pobladas de otros lenguajes. Por ejemplo, poder pensar en los modos de conocer, de interpretar leer los paisajes para leer las marcas de su historia, las huellas de otros y del nos (otros) en los modos de relación con el propio espacio de cada existencia social.

Transitar, explorar la creación de estos escenarios en los que un “aprendiz de maestro” da materialidad a los procesos de Conocimiento y de pensares infantiles: entre las digitalizaciones de sus realidades, la producción de materiales educativos que gestan virtualidades en geografías distantes y en contrastes, entre lo mediato y lo tangible entre las Regiones de nuestras Culturas en Traducción Digital. Inscribiendo otras posibilidades de Formas Escolares a construir colectivamente

Experiencia de formación: “Otros lugares, otros tiempos escolares para los niños”

Los jóvenes que transitan los espacios académicos de formación docente se encuentran con los primeros desafíos educativos en los requerimientos del campo de las prácticas. La carrera elegida es la de Educación Primaria Rural. Y, paradójicamente, muchos de estos jóvenes se han constituido en experiencias educativas de Escuelas rurales. Una de las problemáticas que más los conmueve desde sus propias biografías, es la pérdida de tiempos y espacios de conocimiento por las condiciones climáticas, las características agrestes de algunos territorios, por largos períodos.
Si esto se convierte en desafío educativo, los jóvenes abren la imaginación hacia la posibilidad de dar “alternativas” educativas escolares para que las infancias rurales atraviesen la discontinuidad y puedan enriquecer sus experiencias culturales. ¿Cómo poblar de sentidos y de acciones con la cultura, un tiempo y un espacio que no se genera con el maestro en la escuela? Aparece en la escena de la academia, la posibilidad de habilitar otros lenguajes. Crear algunas apuestas de enseñanza en dispositivos digitales. Así, los jóvenes construyen propuestas que dialoguen con los niños desde una computadora u otro.
Se disponen a enfrentar un desafío. Producir “contenidos educativos digitales”, una producción académica desarrollada en “formato digital: hipertextual, interactivo y multimedia” . Es decir, pensar un recorrido didáctico en un área Curricular (Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Educación Artística) que pueda socializarse en impresos, audiovisuales o en un soporte electrónico (CD, DVD, internet). Y con este propósito, nace la idea de “estudiar la naturaleza” a través de la elaboración de un material, en soporte power point. Proponer a los niños el estudio de su Ambiente en el que inscriben su vida cotidiana. Un recorrido de paisajes naturales, capturado desde imágenes y fotografías y en la producción de acciones de pensamiento y aprendizajes de modo interactivo a la explicitación del material elaborado. Se producen paisajes sonoros que acompañan los ambientes, requieren del registro de aves u otros sonidos del paisaje que focalizan las características del paisaje natural y la generación de la curiosidad de los niños que se imprime en la producción de las preguntas de conocimiento.
En los itinerarios de producción de estos “aprendices de maestros” se ponen en juego la producción de contenidos educativos y propuestas escolares que pueblen los tiempos de niños que no están en la escuela. Y que ello, no los niegue la posibilidad de acceder a la Cultura y a los conocimientos. Es generar en los educadores la Responsabilidad en la Educación de los niños en distintos Contextos.

Las tramas de “cultura digital académica” que configuran las condiciones de formación de los Jóvenes que se van constituyendo “Educadores de niños”.

Son las tramas de las “culturas académicas” de las instituciones de formación docente, los escenarios en los que se instituyen los modos en que los jóvenes acceden al mundo del Conocimiento, de los pensamientos, del trabajo intelectual que configura el “llegar a ser maestro”.
En estos escenarios, los jóvenes “aprendices de maestros” se arrojan a senderear e itinerar los espacios y mundos de la Cultura. Regiones de conocimientos, saberes y prácticas que se traducen en distintos lenguajes y mediaciones. Estos jóvenes tienen la impronta de una cotidianeidad conmovida por cierto “Cambio de Paradigma Cultural”, en los modos de creación de la existencia juvenil, la constitución de sus vínculos entre generaciones y la producción de los lazos sociales. Sin duda, una complejización de los problemas y desafíos que atraviesan estos sujetos, en las formas en que van pensándose en el “oficio de Educar”.
En estos escenarios, se abren y confluyen las escenas de formación. En las prácticas de estudio que se proponen se resignifica el “libro” en formatos textuales, digitales, con increíbles formatos editoriales y en formidables dispositivos. Allí se apuesta al trabajo de conocimiento que habilita a los “viejos, nuevos, nativos y extranjeros lectores”. Un lugar de conocimiento y de traducción de las culturas locales. Habilitarles el trámite de la Experiencia de Pensar: “La escuela fue constituida dentro del universo que Marshall Mac Luhan bautizó como la Galaxia Gutenberg, es decir, un mundo dominado por la lógica del libro cuya base es la estructura de la linealidad y el orden secuencial. La heterogeneización de los textos rompe esta linealidad y modifica los modos de acceder al saber que tienen las nuevas generaciones” .
En estas escenas los jóvenes se habilitan la posibilidad de otras prácticas intelectuales: una aventura entre textos e hipertextos con los sentidos de explorar los mundos de la cultura y de crear los modos de transmisión que organicen la educación de las infancias. Estos sentidos se constituyen en intrincadas tensiones en las tramas de decisiones en las prácticas de estudio y de producción. Pero estas tensiones inauguran en los cotidianos de estos jóvenes la pasión por las búsquedas y el descubrimiento de las riquezas que estas nuevas formas de “relaciones de conocimiento”.
Para que estas escenas hallen lugar en las “tramas académicas” es necesario desandar ciertas biografías escolares, impregnadas de formas de escolarización con marcas de fragmentación y de pérdida de sentido social que los jóvenes recrean en sus prácticas estudiantiles. Hay allí una escuela que “secundarizó” sus prácticas y relegó a otros espacios sociales los deseos de explorar, descubrir, vivir. Esto arroja otros desafíos para organizar las experiencias educativas en sus tramas académicas de formación de los jóvenes interpelados por la “Cultura digital”. Experiencias que habiliten la oportunidad de crear sentidos públicos a su existencia vital de conocimiento. Sin duda, se recrea la posibilidad de pensar “otra escuela” entre generaciones. En el plano de gestación de la cotidianeidad de niños y jóvenes que tramitan su educación con otras significaciones. Así, pensando las apuestas de esta especialización, “se trata de un cambio radical del proyecto cultural de la escuela. En primer lugar, se trata de reconocer a las nuevas tecnologías de comunicación como tecnologías de intelectuales, esto es, como estrategias de conocimiento, y no como meros auxiliares de la tarea escolar. En segundo lugar, se trata de incorporar los medios audiovisuales como objeto de estudio de la cultura cotidiana de los chicos, de la sociedad en que vivimos, de los acontecimientos que jalonan nuestra historia y de los múltiples modos de contarnos esa historia” .

Uno de los desafíos para el “joven aprendiz de maestro rural” es iniciar una exploración y estudio de los modos en que se construyen las cotidianeidades escolares y la producción cultural en “ruralidades” que en estos tiempos, niños singulares abordan los conocimientos que la sociedad ha preparado para ellos. Llegar al “lugar” donde esto ocurre implica atravesar adversidades con paisajes polvorientos, pantanosos, intransitables… emergentes necesarios de las existencias de las infancias en territorio rural.
Este desafío provoca en la trama académica de los jóvenes que están formándose, la habilitación de itinerarios de anticipación que les posibilite construir esos espacios sociales, abarcarlos en sus ambientes y sus cotidianos sociales. Una aventura de conocer y exploración previa que los conmueve y en los que van construyendo sentidos y andamiajes para sostener las prácticas educativas.
En esta construcción de sentidos, se van alojando y tejiendo distintos lenguajes, habilitados por distintas tecnologías y dispositivos digitales. Abren el “Territorio” desde sus Representaciones satelitales. Hacen “zoom” allí donde se observan las coordenadas geográficas de “esa escuela”, leen sus indicadores ambientales, registran caminos vecinales, los movimientos sociales que serán los escenarios a estudiar con los niños que perciben y viven el territorio. Se generan las “Conexiones a las Redes” dadas por la necesidad de construir algunos “lazos de amistad” previos que los aloje en las historias e informaciones que las comunidades escolares inscriben en su “facebook”. Y allí recorren sus aulas, las “imágenes” que los propios niños suben y desean mostrar de sus cotidianos escolares. Es posible leer sus narrativas, las de un abuelo que cuenta de esa escuela en otros tiempos con otros juegos, hasta las fotos de unas vías férreas que hablan de las economías de un/otro tiempo que interpreta la historia social de los territorios.
El recorrido hacia la escuela ha sido poblado de sentidos, y las perspectivas del andar concreto se enriquecen y habilita otros “deseos” de conocer y educar a los niños: Las búsquedas de las huellas de los modos en que las infancias escolares viven ese territorio (los senderos de juego, los caminos de pesca en los arroyos, los mejores escondites). Otros dibujos, otras geografías.
De este modo, los “aprendices de maestros”, jóvenes que transitan su propio tiempo, con biografías que se abrevan en las culturas digitales contemporáneas, habilitan la construcción de itinerarios con diversos modos de hacerse educadores. Abren otros registros de visibilidad del otro, de sus paisajes sociales, de sus modos de relación con su Tierra y sus avatares cotidianos. Otro modo de inscribirse y asumir la Responsabilidad Social del educador en un Contexto en el que se inscribe la Escuela que será su desafío.