Experiencias relativas al tema:
Debo decir que estuve tentado de plantear experiencias del funcionamiento del Plan Ceibal (de inclusión digital a través del modelo 1:1 de carácter nacional). Pero dado que mi ámbito de actuación docente es el bachillerato y el bachillerato nocturno (para personas extraedad), y que éste el plan todavía no se encuentra en una fase de gran desarrollo en éstos niveles, he preferido comentar dos experiencias sencillas que efectivamente forman parte de mi práctica.
1- La telefonía celular entra en la escuela:
Si bien no puede decirse que en todas las aulas en las que he trabajado en los últimos tiempos el fenómeno suceda con la misma intensidad, es un dato innegable que con la generalización de la tenencia de teléfonos inteligentes los adolescentes tienen naturalizado el hecho de que su uso en clase es algo así como un derecho inalienable. Claro que el uso que hacen de ellos refiere al envío de mensajes -en la actualidad fundamentalmente vía WhatsApp-, la espera de llamadas de suma importancia y urgencia y la participación en juegos de preguntas y respuestas en red (siendo sinceros, muchas de estas acciones suplantan a los viejos mensajes escritos en papelitos y los juegos de ta-te-ti o ceritos disputados en el cuaderno del vecino de banco).
La primer reacción de mi parte es tratar de reestablecer la autoridad docente (y preguntarme que habrán hecho mis colegas durante el transcurso de la enseñanza secundaria de esos jóvenes para que se comporten así) y, en consecuencia, actuar por la vía de la represión); indicándoles que no deben usar sus dispositivos móviles en clase y en algunos casos (en aquellos en los que vencen mi paciencia) procediendo a su incautación. No se si está demás aclarar que estas acciones las realizo de la forma más razonable, dialogada, amable y simpática posible; es que no concibo el ejercicio de la autoridad de otra forma.
Pese al éxito en mi intento, en algunos casos, y fruto del fracaso, en otros tantos, la segunda postura que tomo, y no es contradictoria, es reivindicar el uso de esos mismos teléfonos como recurso didáctico. Si están allí, tienen conexión y les gusta usarlos, pues bien, a buscar las normas jurídicas que estamos trabajando, a buscar noticias relacionadas a los temas que estamos viendo, a buscar datos que surjan de investigaciones sobre ellos.
2- Aprender a usar la red:
Las nuevas TIC´s han puesto en manos de nuestros estudiantes fuentes de información, en cantidad y calidad, impensadas en las épocas de mi adolescencia. Pero lo que parece evidente es que poco saben acerca de cómo buscar información relevante y fiable y de cómo analizarla críticamente.
Aprovechando esas posibilidades, comienzo solicitando un trabajo breve, con consignas fáciles, básicamente de búsqueda de información. El resultado, más bien generalizado, es la copia textual de las primeras líneas de la descripción que hace Wikipedia sobre el tema; y cuando existe un mayor grado de elaboración me encuentro con la copia textual de fragmentos de algún blog con apuntes al respecto. Por supuesto, en ambos casos no existe reconocimiento de la fuente de donde han obtenido esa información.
Como devolución, les planteo que para que un trabajo tenga riqueza deben buscar en varias fuentes; que a un año o menos de ingresar a la universidad es esperable que sus fuentes sean otras distintas a las que utilizaron; y que existe algo denominado derechos de autor y que está muy bien eso de utilizar fragmentos de varios autores, pero que dedicarse a copiar y pegar fragmentos de un mismo autor u origen, sin reconocer y citar la fuente, suele estar mal mirado por los autores y los jueces. Por supuesto pienso, y se los digo, los docentes los hemos acostumbrado a trabajar así.
Pero, igualmente, esto lo tomo como un calentamiento y un punto de partida. La idea es comenzar a prepararlos en la elaboración de trabajos de corte monográfico. Para lo cual les pido que, divididos en grupos, elijan un tema dentro de un menú que les ofrezco; las planteo una serie de consignas tendientes al análisis de ese tema; pienso colectivamente con ellos, y en abstracto, cuales pueden ser la fuentes de información relevantes y fiables que se pueden encontrar en la web sobre esos temas; y luego con cada grupo voy monitoreando las búsquedas específicas que realizan y el análisis de las informaciones que van realizando. Aspirando que al final de un proceso de un de cerca de tres meses (mientras vamos avanzando en otros contenidos del curso), puedan sentir que aprendieron algo nuevo en relación a como manejar la información que los rodea.