Experiencia publicada en el foro sobre el uso de las tecnologías.
En la escuela donde trabajo, empezamos de a poco a incorporar las tecnologías en quinto año de una manera diferente, creamos diferentes proyectos desde varias asignaturas (mi área es lengua) con el propósito de que se preparen para la siguiente etapa en sus vidas, sea trabajo o estudio.
La primera reacción fue el enojo tanto de alumnos como de padres que nos cuestionaron la manera de enseñar. Con lo único que contábamos era con el apoyo de la dirección y con un proyecto claro que nos permitió llegar al final con buenos resultados; a pesar de las primeras críticas.
Los alumnos trabajaron con documentos compartidos on line, utilizaron programas que nunca habían usado. También utilizaron el grupo de facebook de la escuela y sobre todo un grupo de wsp para consultas. Esto último (grupo de wsp) generó un ida y vuelta interesante que tuvimos que aprender a manejar porque las consultas llegaban a cualquier hora. El documento compartido nos permitió hacer un seguimiento del grupo, de las actividades y ahí mismo se hacían consultas.
Aprendieron finalmente a hacer un trabajo de investigación y ellos después de tanta queja se sintieron muy bien. También hicimos una jornada para reflexionar sobre esta nueva manera de trabajar colaborativamente, con usos de tics, en equipo, con el “aula aumentada”.
En el caso de nosotros, los profesores, trabajamos en el armado del proyecto y en algunas correcciones de manera virtual, lo que nos permitió estar en casa trabajando (gran ventaja ya que todos tenemos hijos lactantes).
Utilizar las tecnologías en el aula, sin dudas, es arriesgado pero animarse abre un mundo de oportunidades que valen la pena.
Otra experiencia
Hace cuatro años que en una de las escuelas que trabajo creamos un grupo de facebook; el proyecto tenía como el objetivo más primordial, lograr la pertenencia a la institución. Todos los años teníamos nuevos alumnos, ninguno continuaba en la institución, y en tercer año casi todos los alumnos decidían terminar sus estudios en las secundarias de adultos porque ya tenían sobre-edad.
A través de la red social se fomentaban pequeños concursos, tardes musicales, se mostraba lo que trabajaban en clase. Poco a poco fue creciendo la cantidad de participantes del grupo. Había intercambio a toda hora, se atendían solicitudes, se informaban fechas de exámenes, se publicaban letras de canciones, pequeños textos interesantes.
Se logró sin dudas el sentimiento de pertenencia y la permanencia en el establecimiento a pesar de que los alumnos terminaban sexto año con 21 o 22 años de edad.
Actualmente el grupo sigue pero ya no con las actividades que se proponían y que tanto atrapaban la inquietud de los alumnos. Una de las causas de esto es fue el mal uso que muchos docentes empezaron a hacer de esta red: saturación de información (hasta 20 publicaciones seguidas sobre temáticas que poco tienen que ver con los intereses de la institución), información mal brindada que causó inasistencias justificadas en los alumnos, entre otros. Ahora, el grupo muchas veces sólo se utiliza para la queja o para publicaciones que no invitan ni al juego, ni al arte. Particularmente creo muy útiles este tipo de herramientas pero hay que hacer un uso responsable de los mismos y comprometido.