Archivo por días: 10 agosto, 2013

De cuando los gurises y las gurisas, los changuitos y las changuitas, los pibes y las pibas llegan al jardín.

Detectar a tiempo las diferentes maneras en que los  chicos se inician en la vida escolar permitirá programar un camino para ser transitado por todos y cada uno. Se piensa al niño y a la niña en la Argentina en la actualidad como sujeto de derecho. Es derecho de los niños el recibir educación sistemática desde su primera infancia. A su vez, ser niño o niña en la Argentina actual abarca un abanico conceptual bajo el que conviven distintas maneras de ser infante. Rasgos como  el desamparo, la desigualdad, la privación, la adultización y los valores de mercado configuran la cultura de estos nuevos sujetos de enseñanza. Ellos se aglutinan en la escuela en torno a un quehacer que se sigue diferenciando de otros espacios. Nuevos productos para la infancia entran en las escuelas: la televisión, los juguetes, los juegos en red, la moda infantil determinando nuevas formas de interacción.

La escuela ha sido y continúa siendo un lugar de encuentro entre las generaciones. Continuando con palabras de Antelo: “nuestra fuerza podría utilizarse en mostrar el valor que termina por tener en la cultura el cuidado al otro, a través de la enseñanza sistematizada de conocimientos”. Parecería  que la escuela se ha propuesto reconocer la heterogeneidad social tanto desde la perspectiva de la diversidad cultural como desde el reconocimiento de las diversas trayectorias de aprendizajes que suponen accesos al conocimiento con diferentes modalidades.

En pos de la equidad y la calidad educativa se revela la necesidad de una oferta heterogénea que contemple la individualidad de cada sujeto, sin descuidar la función social de la educación.  En nuestro país, han tenido lugar reformas importantes del sistema escolar a través de procesos de descentralización administrativa y cambios en la estructuras conjuntamente con  profundas reformas pedagógicas con desiguales resultados como señala Flavia Terigi. En el nivel inicial han impactado los múltiples acuerdos y cumbres mundiales que se han celebrado a favor de la infancia. Esto, siguiendo a la autora ha traído aparejada la consideración específica de la primera infancia, así como la valoración de la educación inicial como decisión social estratégica para la promoción del desarrollo integral de las niñas y los niños de 0 a 6 años. La Ley 24195 introduce un hito innovador: la obligatoriedad del Nivel Inicial para igualar oportunidades. No implica necesariamente que contribuya a mitigar el conflicto social, las relaciones desiguales de poder y la miseria humana, pero sin dudas al enseñar, la escuela según Hannah Arendt es la institución del Estado responsable de presentar el mundo.

Así, el Nivel inicial se configura como un espacio de apropiación de contenidos de la cultura. El diseño curricular plantea como función prioritaria la comprensión de la realidad y de sí mismos. Esto desafía al docente de Nivel Inicial a ampliar la mirada sin perder la especificidad. En este sentido, se espera de los docentes un accionar que viabilice la tarea de integrar a los niños que se expresan en diferentes lenguas, que  portan diversas tradiciones, que practican diferentes credos, a partir de la aceptación y puesta en valor de sus raíces culturales.  En esta línea Perla Zelmanovich plantea la importancia de la función adulta en el Nivel.  La autora presenta a la misma como necesaria para la transmisión y producción de infancias ofreciendo amparo ante los rasgos culturales de la época que dificultan la transmisión. Uno de esos rasgos es la diversidad: diversidad de formas familiares, las diferencias de género, de creencias, de nacionalidades y otras se hacen presentes en la vida cotidiana de la escuela infantil.

Muchas veces la enseñanza en el Nivel se encuentra empapada de mitos, en palabras de Ruth Harf. La autora se refiriere a bajo ese término a algunos supuestos, creencias o representaciones que atañen al quehacer en este nivel del sistema educativo. Ella enumera una serie de mitos que tienen una fuerte connotación social como el mito de la maestra jardinera y el mito de la niñez feliz. Según el primero de ellos, parecería que el rol docente en el Nivel se limita a la contención afectiva y al juego, aunque nada sugiere en torno a promover la apropiación de conocimiento. Evidentemente esto constituye una visión distorsionada de la realidad y no contribuye en lo más mínimo a que el docente trabaje desde su singularidad y profesionalismo, sino más bien que la tarea se centra en parecerse lo más posible a la figura de la imagen socio cultural ampliamente diseminada de ser una “persona joven, linda, alegre, dulce y feliz”. Y a la maestra feliz le corresponde el niño feliz. El mito de la niñez feliz, siguiendo a la autora antes mencionada define la representación como una “imagen rosada, angelical e ingenua acerca de la infancia”. Dice Harf “En la imagen descrita acerca del mito de la maestra jardinera, el conocimiento no ocupa ningún espacio; parecería que alcanza con que ella logre la contención”.  Cuando innegablemente el docente de nivel inicial tiene un rol central en la formación de las jóvenes generaciones desde todos los puntos de vista. La guía, el acompañamiento del adulto promueven una formación integral, tal como lo menciona Gvirtz.

Y ante todo esto ¿cuál es el lugar de la escuela? ¿Cuál la función docente? ¿Qué proyecto educativo en este momento histórico? Cierro, para seguir pensando: las escuelas infantiles posibilitan el encuentro de las infancias y la herencia cultural de una sociedad conmovida y conmocionada por los cambios ocurridos en los últimos tiempos. Resulta crucial que se puedan recuperar nortes y referencias comunes que plasmen la superación de la fragmentación del nivel inicial y del sistema educativo argentino. Resulta imperioso pensar propuestas educativas que desamurallen la escuela y que creen oportunidades para la primera infancia más allá de sus  recorridos previos y de los lugares que habitan.

La escuela en la era del Bit

Artículos de interés sobre nuevas alfabetizaciones

http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/dossier.htm

Un mundo feliz, de Aldous Huxley

Libros sobre nuevas tecnologías, sociedad, educación.

http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1J2SK927M-22DBXQG-1TB

http://cmapspublic.ihmc.us/rid=1GNWMM0B7-1L1N1LP-P7D/NT_Litwin.pdf

http://www.educared.org/global/coordenadas-investigacion-educativa/coordenadas-en-investigacion-educativa?EDUCARED_SHARED_CONTENT_ID=12640916

ARTÍCULOS

1.

Después del cierre de Library.nu

“Leer será tener una copia ilegal en el cerebro”

La frase es de Christopher Kelty, profesor de la Universidad de California, en una reflexión sobre el cierre de la increíble librería virtual que había revolucionado el acceso al conocimiento académico.

Por Mariano Blejman

http://www.pagina12.com.ar/diario/cdigital/31-188962-2012-03-06.html

2.

Rayuela, la novela que siempre mira al futuro

Hace 50 años se editaba la obra que consagró a Julio Cortázar. Fue un texto monumental que propuso una liberación del lector. La doctora Enriqueta Morillas analiza sus modos de lectura hoy.

Por Juan Mocciaro

http://www.rionegro.com.ar/diario/rayuela-la-novela-que-siempre-mira-al-futuro-1206820-9521-nota.aspx

Nota: El artículo de Mocciaro es interesante, dado que es posible vincular esa obra de Cortázar con la teoría de la deconstrucción de  Derridà, a su vez parte de toda una revisión crítica al sujeto cartesiano.

 

3. Inés Dussel. DOCUMENTO BÁSICO. Aprender y enseñar en la cultura digital. Disponible en http://educacion.flacso.org.ar/publicaciones/aprender-y-ensenar-en-la-cultura-digital

 

4. Luis Fernando Gómez. Privilegio, reconocimiento y evaluación de lenguaje: una mirada a los códigos sociolingüísticos en la cultura escolar. Universidad de Antioquia, Colombia. Disponible en http://www.um.es/tonosdigital/znum2/estudios/LuisFGomeztonos2.htm

Escenas

 

1. Lunes, 24 de junio de 2013, 15:36

“Hola a todos!

Creo que cuando se habla de la “brecha digital” estamos cayendo en un reduccionismo que nos aleja de lo cotidiano. Esa brecha tiene múltiples sentidos y  es complejo adecuar nuestros contextos a los grandes discurso al respecto. Aparentemente (puedo estar muy equivocado) detrás de esa brecha está el discurso sobre los nuevos “alfabetizados” y “analfabetos” y yo no veo cómo en los contextos en los que me desenvuelvo esa dicotomía emerge: no puedo adjudicar esa disyunción a los grupos con lo que aprendo y enseño.

Con relación a la introducción de las netbooks, mi experiencia es pésima (lo que no quiere decir que desprecio esa nueva herramienta, al contrario). Por ejemplo: seis meses con mis alumnos con la net y sin acceso a Internet en la institución. Como una manera de “empezar” a utilizar esa herramienta aun cuando sea de una manera elemental en la praxis docente, pregunto a mis alumnos quienes tenían correo electrónico: ninguno… Me llamó la atención y pregunté cuántos tenían “facebook”…¡todos! Es decir, el previo paso de generar un correo electrónico para construir su perfil en la red social había sido olvidado por completo. Por supuesto, nadie sabía “guglear” y de hecho, preferían sus celulares en vez de las net para “conectarse”. Lo peculiar es que el contexto socio-económico era absolutamente de marginalidad.

En otra institución (uno de Formación Docente), el uso de las Net se reducía al de un procesador de texto, dado que “el currículo” no daba posibilidades de apartarse del programa y la bibliografía estipulada. En cambio, en una Escuela de Bellas Artes, el acceso a los museos virtuales (para dar un solo ejemplo) marcó una diferencia positiva, un salto cualitativo y marcadamente atractivo.

En fin, creo que las herramientas tecnológicas en cierto sentido colisionan con las estructuras institucionales que, como toda institución, tienen una carga conservadora que perime la dinámica que debería estar asociada a la utilización de los nuevos artefactos”

2. Lunes, 24 de junio de 2013, 15:44

“Ah! creo que no debemos confundir la “habilidad práctica” para utilizar los nuevos artefactos, con la “habilidad conceptual” para hacer de esos artefactos una herramientas valiosas. Apelo a una metáfora deportiva: un chico puede ser un malabarista con el balón de fútbol y hacer muchos “jueguitos” pero eso no lo convierte en un jugador de fútbol. O, también, podemos ser muy habilidosos en el manejo de un automóvil, hacer cambios rápidos, adelantamientos temerarios, etc., pero ello no nos convierte en buenos conductores. Pasaba lo mismo con los libros tradicionales: había quienes reducían sus estudio a los diccionarios…”

La cultura digital y los procesos de subjetivación: el caso de los sujetos escolares

La cultura digital y los procesos de subjetivación: el caso de los sujetos escolares.

La cultura digital

Inés Dussel (2009) defiende la noción de cultura digital (o visual) en tanto esta “no es simplemente un repertorio de imágenes sino un conjunto de discursos visuales que construyen posiciones, y que están inscritos en prácticas sociales, estrechamente asociados a las instituciones que nos otorgan el “derecho de mirada” (entre ellas, la escuela, que organiza un campo de lo visible y lo invisible, de lo bello y de lo feo)”. El análisis de esta descripción nos permite inferir rápidamente cuánto gravita en los procesos de subjetivación la cultura digital. La mera sumatoria de imágenes seguramente tornaría difícil la construcción de nuevos sujetos, en cambio el vínculo entre imágenes, discursos y prácticas sociales, muestra claramente mayor capacidad explicativa de tales cambios.

La invención del sujeto

      Michel Foucault (2001) expresó que su objetivo durante dos décadas fue “elaborar una historia de los diferentes modos por los cuales los seres humanos son constituidos en sujetos”. Entonces, dado que el sujeto es una construcción histórica, lo que se sigue es su naturaleza cambiante, atada al devenir histórico, por lo que debemos pensar en que no hay una naturaleza humana rígida y que lo más esperable es precisamente el cambio, la permanente construcción de nuevos sujetos. Consecuentemente, Foucault se extendió en el análisis del vínculo entre el poder y el saber, y en esa relación el sujeto emerge posicionándose entre las relaciones de dominación y comunicación, y, por lo tanto, sujeto a las permanentes fluctuaciones de la díada poder-saber.

El sujeto escolar

      Guillermina Tiramonti (2013), observando la historia de las últimas décadas del siglo anterior, nos ha recordado las múltiples “transformaciones […] que modificaron la vida cotidiana de la gente y, a la vez, impactaron significativamente en la conformación de las subjetividades y las identidades”, dando especial significación a la revolución en el campo comunicacional. Así, los medios de comunicación, constituidos como “un ecosistema o ambiente en donde se desenvuelve nuestra vida y donde se recrean y producen lenguajes, conocimientos, valores y orientaciones sociales” compiten con la función de la escuela como herramienta fundamental de transmisión de conocimientos. En esa liza, se encuentra el sujeto escolar, interpretado, enseñado, evaluado, al amparo de acciones institucionales y teorizaciones cuyas revisiones muestran la mora suficiente para no dar respuestas adecuadas al ímpetu de los cambios de la cultura digital.

En este punto, cabe recordar que Juan Carlos Tedesco (2009) ante esta competencia, la escuela debía “romper el aislamiento institucional” buscando nuevas formas de asociarse con “los otros agentes socializadores, particularmente la familia y los medios de comunicación” en las que debería “asumir una parte significativa de la formación en los aspectos duros de la socialización”. En esta resignificación de su rol, la escuela, entre muchos otros aspectos, debería, al decir de Tiramonti, “reconocer a las nuevas tecnologías de comunicación como tecnologías intelectuales, esto es, como estrategias de conocimiento, y no como meros auxiliares de la tarea escolar” e “incorporar los medios audiovisuales como objeto de estudio de la cultura cotidiana de los chicos”.

 

La muerte del sujeto

En Las palabras y las cosas (2008), Foucault anuncia la muerte del sujeto, refiriéndose al sujeto-cogito de acentuada raigambre cartesiana, al sujeto idealizado por el humanismo. Precisamente, como una forma de mostrar que el paralelismo a resolver entre cultura digital y la función de la escuela (y sus consecuencias en los sujetos escolares), tiene horizontes que demandarán mayores esfuerzos, concluimos estos comentarios con lo expresado por Freeman Dyson (2007), susceptible de ser inscrito en lo que ha sido llamado el transhumanismo:

             Cada orquídea o rosa o lagartija o culebra es el trabajo de un hábil y dedicado criador. Hay miles de personas, profesionales o aficionadas, que dedican su vida a este negocio. Ahora imaginen qué pasará cuando las herramientas de la ingeniería genética se vuelvan accesibles a estas personas. Habrá kits de hágalo usted mismo. La biotecnología doméstica permitirá una explosión de diversidad en las criaturas vivientes, cosa diferente a los monocultivos que prefieren las grandes corporaciones. Nuevos linajes proliferarán para reemplazar aquellos que la deforestación y los monocultivos masivos han destruido. Diseñar genomas será un asunto personal, una nueva forma de arte tan creativa como la de pintar o esculpir.

Si entendemos que las distancias de hoy entre la cultura escolar y la cultura digital son insalvables para los sujetos escolares, sin duda los apuntes de Freeman Dyson nos muestran un horizonte que nos invita a redoblar los esfuerzos por debilitar tales distancias.

Bibliografía

Dussel, Inés (2009), Escuela y cultura de la imagen: los nuevos desafíos, en  Revista Nómadas, n° 30, Bogotá (http://www.ucentral.edu.co/images/stories/iesco/revista_nomadas/30/nomadas_30_13_escuela_y_cultura_de-la.pdf [consulta: julio de 2013]).

Foucault, Michel, (2001), El sujeto y el poder, en Dreyfus, Hubert L. y Paul Rabinow (2001), Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica, Buenos Aires, Nueva Visión.

Foucault, Michel (2088), Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, Buenos Aires, Siglo XXI.

Tiramonti, Guillermina (2013), Clase 6:La escuela media frente a los mandatos sociales y a las nuevas formas de diferenciación social, en Especialización en Currículum y Prácticas Escolares en Contexto, Cohorte 2013, FLACSO Virtual.

Tedesco, Juan Carlos (2009), Educar en la sociedad del conocimiento, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

Freeman, John Dyson (2007), Nuestro futuro biotecnológico, artículo en  http://www.nybooks.com/articles/archives/2007/jul/19/our-biotech-future/ (consulta: julio de 2013).