Instaurado el debate acerca de la conveniencia o no de la cultura digital y de las nuevas tecnologías en las aulas aún, y varios años después, pareciera continuar con vigencia.
No obstante, las nuevas tecnologías ya no lo son tanto y los nativos digitales no son sólo los alumnos si no, en muchos casos, también los docentes. Es por esto que, al desdibujarse estas brechas tecnológicas y generacionales, el debate ya no debiera girar en torno a la conveniencia o no de la tecnología en la educación, dado que esa inclusión es inexorable. Es por esto que deben abrirse nuevos nichos de reflexión con relación a este tema, que involucren no sólo disquisiciones didácticas y pedagógicas, si no también aportes desde el campo de la psicología de la educación.
De esta manera, muchas de las ciencias de la educación (por no decir, todas), se ven afectadas por la simple existencia de las nuevas tecnologías, independientemente de su uso o desprecio.
En este espacio, interesa abordar el tema de la dimensión afectiva ligada a la cultura digital, es decir, cómo los alumnos en primer lugar, pero también los docentes, la conformación de su subjetividad y los vínculos entre ambos, se ven alterados ante la irrupción inevitable de la cultura digital, ya sea desde los soportes, desde las formas de uso o desde los contenidos que plantean.