¿SUJETOS DIGITALES?

Cuando recorremos las escenas narradas y las atravesamos con los aportes bibliográficos, lo primero que se nos viene a la mente es preguntarnos quiénes son los sujetos escolares que transitan las aulas en esta era digital y cuáles son las prácticas pedagógicas apropiadas para habilitar experiencias significativas para nuestros estudiantes a los fines de que puedan distanciarse de su entorno y posicionarse de manera crítica y transformadora frente al entramado digital.
Pensamos, entonces en que la concepción de sujeto ha cambiado desde los momentos de expansión de la escuela (cuya impronta inicial se sigue manteniendo en muchos aspectos) y ahora se evidencia un nuevo modo de sujeción, vinculada a los medios, la pantalla y las redes. Una concepción de sujeto pensada desde la cultura digital pero también desde la cultura escolar; ésta se revela diferente de la cultura digital, por cuanto la escuela ha sido gestada y se ha mantenido constante en cuestiones que tienen que ver con la solidez moderna.
La escuela ha visto incrementado notablemente el ingreso y la permanencia de los sujetos dentro de ella; la escuela se ha masificado en las últimas décadas. La escuela se “ha ido transformando en función de la ampliación del acceso y las nuevas exigencias que le imprimen los cambios de época” (Urresti, 2013), quien visualiza al colectivo de adolescentes y jóvenes como un grupo en transición. Las transformaciones culturales (transformaciones familiares, por ejemplo, vinculadas con la revolución sexual y afectiva, al decir de Urresti) afectan las transiciones juveniles, como pueden ser las instancias de socialización primaria y secundaria.
Los cambios se han sucedido de manera acelerada en los últimos 50 años. Las novedades tecnológicas han impactado notablemente en la vida cotidiana y han modificado las prácticas sociales cotidianas. Entre otros cambios, se han transformado los modos de acceder al conocimiento y esto impacta directamente en la escuela. Los sujetos se ven transformados por las nuevas tecnologías en tanto éstas se incorporan como nuevos conocimientos pero también en tanto se han constituido e nuevos medios para acceder al conocimiento, en nuevas herramientas.
Flavia Terigi recuerda que “estudiar era sentarse a la mesa con un libro lápiz en mano y ahora es estar del otro lado de la pantalla resaltando con una función del procesador de textos las ideas que nos interesan y linkeando hacia reservorios de información donde aparecen textos que no se buscan en la biblioteca popular, ni se compran, ni se fotocopian”.
La escuela pone a las nuevas generaciones en contacto con el reservorio cultural de la humanidad y lo hace de distintas maneras según la época: en algunas sociedades orales, mediante composiciones mnemotécnicas, mediante la tecnología de la escritura y hoy en día a través de medios digitales.

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