Nos encontramos hoy inmersos en una era digital. La imagen, las redes, la hiperconexión son quizás las principales huellas de un fenómeno contemporáneo que desde hace unas pocas décadas se viene manifestando y que impacta sin dudas en la escuela, en sus prácticas y sus discursos. En este sentido me parece interesante indagar de qué manera se ven afectados los sujetos escolares.
Personalmente, y desde el campo de estudio de los discursos sociales, me han interesado desde hace tiempo los procesos de conformación de las identidades de los sujetos; vale decir, las experiencias que los constituyen en cuanto tales y las formas en que manifiestan las particularidades epocales. Los sujetos que habitan las escuelas o, al menos, transitan por ellas se encuentran atravesados por la cultura digital en distinta medida: los niños y jóvenes, nativos digitales como se insiste en señalar, y los docentes, inmigrantes (obligados a veces) que han debido reconvertir sus métodos, sus saberes y sus modos de enseñar.