La cultura escolar es producto de una trama de relaciones entre saberes, conocimientos, rituales, materiales, prácticas individuales y colectivas. La cultura escolar es el motor que dinamiza y da sentido a lo que sucede las instituciones escolares. Para nosotros, los pedagogos, la cultura escolar es “la cultura para acceder a otras culturas” (Hèbrard, J. 2006, p.15). Así, bajo ese mandato, hemos desarrollado (con buenos resultados) nuestra tarea por 400 años.
Desde hace aproximadamente 20 años, se ha ido incorporado fuertemente a esta trama lo que se ha dado en llamar las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Esta tendencia ha instalado y creado en los sujetos, nuevas formas de relacionarse con el mundo, la cultura y el conocimiento, es decir nuevas subjetividades. El aula es hoy el ambiente donde convive la cultura escolar con la cultura digital y ese es un hecho que requiere de intervenciones en la enseñanza para “pedagogizar” las relaciones entre una y otra.
En este espacio -bien propio de la cultura digital- el propósito es indagar, desde algunas escenas de la vida en la escuela, las mediaciones pedagógicas que son posibles con algunas estrategias didácticas y necesarias para que los sujetos resignifiquen la experiencia escolar. Creemos profundamente que, como sostiene Guillermina Tiramonti, “la escuela es capaz de proporcionar a las nuevas generaciones las habilidades cognitivas necesarias para leer e interpretar los mensajes mediáticos que los interpelan. (…) Proporcionar un filtro cognitivo que los desplace del lugar de espectador pasivo y los transforme en lectores inteligentes de los mensajes que se les dirigen”. (Tiramonti, G. 2013)