Archivo de la etiqueta: Imágenes
Libreta de Clasificaciones para alumnos de escuelas públicas 1933
Libreta de Clasificaciones 1934
Libreta de Calificaciones 1954 y 1955
Esbozando continuidades y rupturas en los formatos
Por María Inés Tarditi
Me detengo un instante sobre cada una de las imágenes posteadas en la Galería para observar en la escritura algunos rasgos distintivos. Así percibo cómo el espacio geográfico de la hoja ha sido organizado para su utilización: papel impreso pautado por diferentes campos, se establece un sitio de registro para el maestro, se indica al final de cada una de las páginas un lugar destinado a las firmas del director y del “padre, encargado o tutor”.
Desde la dimensión física, los boletines del período comprendido entre 1928 y 1934 me señalan una singularidad: el número de páginas que conforman una especie de libreta. Sin embargo, evidencio un cambio al observar el boletín de 1931, impreso en Realicó: una hoja apaisada doblada por la mitad.
Vuelvo sobre los boletines y veo emerger en los trazos realizados la presencia de objetos de escritura: plumín acompañado de tinta (azul, negra o roja), avanzando en el tiempo aparece la lapicera. Infiero los códigos elaborados para su uso: el color rojo es utilizado para las calificaciones numéricas que representan los exámenes de 1º y 2º Término; además, indica si el alumno “Pasa de grado” o no. Aunque, en la libreta de 1933 veo aparecer una particularidad: el rojo es utilizado para señalar indistintamente “Mal” (examen mes de marzo) y “Muy Bien” (examen mes de abril).
Voy más allá y registro una continuidad indicada en las dos dimensiones que se evalúan en los boletines desde 1928 hasta 1959: “Aplicación y Conducta”. Y en esta tentativa por indagar algo más, me encuentro con un texto en donde se explicita que “la apreciación mensual dependía del concepto que, acerca de la actuación del alumno se formaba el maestro”. De allí, que resultara en cierta forma arbitrario. También, esa pieza de la historia me permitió aproximarme al valor asignado a las pruebas de 1º y 2º Término “como elemento de juicio para la promoción”. Entrecruzo la importancia de esos exámenes con la utilización del color rojo en la escritura de esas calificaciones.
Me adelanto en la lectura de ese fragmento y diviso que en el apartado IV “Extensión de las notas numéricas” se aclara la utilización de la escala que va del 0 al 10. “No está de más recordar el significado de esta escala: 0 equivale a reprobado: 1,2 y 3, a aplazado o malo; 4 y 5, a regular; 6 y 7, a bueno; 8 y 9, a distinguido; y 10 a sobresaliente”. Si regreso al boletín de 1934, puedo evidenciar una discontinuidad: en el punto 1º del apartado “Instrucciones” se explicita que las calificaciones semanales se harán según la escala que va del 0 al 5 donde.
Agudizo la mirada para encontrarme con las dimensiones que hacen de este documento un triple registro burocrático, disciplinar y pedagógico: Identificación (datos de filiación, nombre del alumno, edad), evaluación pedagógica (calificación numérica y conceptual), evaluación del comportamiento (emerge bajo la forma de observaciones generales), contabilización de la asistencia.
Dejo en suspenso la escritura… y reflexiono… como señala Gonzalez Vidal, si la escuela se produjo como correlato de la diseminación de la cultura escrita, las relaciones pedagógicas se efectúan por el recurso de la oralidad. Esas relaciones entre docente/alumnos y entre docente/padres son captadas por la escritura, a través de algunas huellas plasmadas en el espacio físico del boletín. Como testimonio de ello los invito a leer el “Mensaje de Reflexión” que la maestra adjuntó en el boletín de 1933 y va dirigido a la familia. Incluso si leemos detenidamente las “Observaciones” de la maestra al alumno seguramente nos imaginemos el cuadro de situación en el que se configuraba la relación entre ellos.
Los boletines escolares: entre lo dicho y lo no dicho.
Los boletines escolares, contienen la selección de disciplinas que en occidente se consideran importantes enseñar atendiendo a las lógicas, generalmente, de la cultura dominante. En ellos, aparecen las calificaciones de las materias que los estudiantes cursan en la escuela. Calificación es sinónimo de evaluación y ésta sinónimo de enseñanza y aprendizaje, como si estos procesos podrían sólo comprenderse a través de una calificación. Aquel canon de disciplinas permanece casi invariable tal como plantea Benavot, A. (2002:62) “En el nivel primario, la mayor parte de los conocimientos escolares se definen en seis áreas temáticas que predominan casi universalmente: lengua, matemáticas, ciencias naturales, “ciencias sociales”, formación estética y educación física. Estas asignaturas escolares representan el núcleo curricular de la educación primaria y normalmente corresponden al 80-90% del total de las horas lectivas durante los seis primeros años de escolarización obligatoria.” Y también el núcleo básico o común en la Educación Secundaria, y sobre ellas se desarrolla, además, la Formación Docente. Estas disciplinas se evalúan, y se traducen en un número que los docentes volcamos en los boletines, configurando o “etiquetando” un tipo de sujeto que naturalizamos, según el éxito o el fracaso escolar, atribuible a cada individuo. En el “entre” bucearemos sobre lo no dicho en la cultura material de la escuela traducida, en este caso, en los boletines escolares.
Tonucci (1994) plantea la concepción de evaluación como calificación, etiquetamiento, informe, que se traduce en un número o un rótulo, en este sentido, cabe preguntarnos, ¿Qué entendemos por evaluación? ¿Por qué es tan importante la calificación? ¿Qué poder detenta la misma en manos de un docente acrítico? ¿La prueba, la representación que tenemos de un sujeto, la cantidad de saberes reproducidos literalmente, son sinónimos de aprendizaje escolar, de comprensión, de traducción de las tramas y experiencias que constituyen a un sujeto?.
“¿Los boletines escolares verdaderamente definen lo que un sujeto ES, puede SER o podría llegar a SER…?”
Para ver y Pensar.
www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=Zd5UGFC4rwk
www.youtube.com/watch?v=AjOgo3aNHVY&feature=player_detailpage
www.youtube.com/watch?v=ITAS55brOV8&feature=player_detailpage
www.youtube.com/watch?v=3lXTjIL-uII&feature=player_detailpage
www.youtube.com/watch?v=y3Cney8Z3zE&feature=player_detailpage
Presentamos algunas imágenes para pensar….
La materialidad del boletín: “un camino recorrido un camino por recorrer”
Desde el abordaje de este eje intentamos hacerle un lugar en la agenda educativa a un tema que por momentos pareciera menor, pero que ocupa un lugar importante en la docencia haciendo irrupción en la cotidianeidad de los docentes, los estudiantes y las familias: el boletín.
El boletín es un híbrido que ha sido objeto de polémicas entre maestros y pedagogos, es el producto ente lo deseado y lo posible, entre lo innovador y lo conservador.
Nos proponemos desarmar, como si fuera un reloj, y mostrarles su funcionamiento interno, no como algo simple sino para ver como determinadas prácticas de evaluación son construcciones históricas-políticas, que marcan y dejan huellas en los sujetos.
Pero también volver a mirar las prácticas de evaluación con el propósito de desnaturalizarlas, haciendo foco en como construir estos instrumentos de devolución y comunicación que nos hablan de la trayectoria formativa de los alumnos y de nuestras propias prácticas.
Intentaremos construir interrogantes que puedan producir interrupciones en nuestras prácticas a la hora de bosquejar las evaluaciones y comunicar las valoraciones que se vuelcan en los boletines
Con la aspiración de ir haciendo lugar a lo nuevo, de no cerrar el análisis, de revisar recorridos propios, lo que posibiliten develar preocupaciones e inquietudes escolares en tiempos y espacios para pensar, para construir, buscando alternativas en un “equilibrio inestable”, en movimiento.
Movimiento que nos permite como docentes ir construyendo otros sentidos sobre el hacer cotidiano, donde enseñar y aprender parten de analizar las reglas, valores y normas que atraviesan el discurso educativo en sus formas institucionalizadas, confrontándolo con los sentidos que en la práctica expresan su continuidad o discontinuidad.
Analia y Daniela, docentes cursantes de la Especialización en Currículo y Prácticas Escolares (FLACSO)