Interpelar la cultura material de la escuela: los boletines escolares

Escena 1:

Ferreyra Gabriela – sábado, 1 de junio de 2013, 16:16

Hola! quisiera rescatar algunas cosas del boletín de calificaciones . Por ejemplo, el orden en el que se ubican las materias para que cada docente califique: primero Lengua y Matemática, después Cs. Sociales, Cs. Naturales y después, allá por el fondo, las actividades especiales (Plástica, tecnología, etc.) y Formación ética y ciudadana. Da la sensación que aprendiendo las dos primeras, estamos salvados frente a la sociedad, lo cual demuestra la jerarquía que presentan las materias y se afianzan actitudes de irrelevancia ante las demás.

(…)

A mi parecer, el uso del boletín, es un instrumento de poder, en permanente coerción hacia el alumno y docente. En realidad, cuando  se habla del boletín estamos hablando del papel que acredita al final del trimestre que el alumno aprendió o no. Lo cual desde los alumnos se ve como la carta de presentación que los ubica con ventajas o desventajas ante la sociedad y los etiqueta dentro de los buenos o malos alumnos. Por otro lado, éstos no perciben al boletín como un instrumento de análisis del proceso de enseñanza-aprendizaje que pueda describir mecanismos que den cuenta de un éxito o fracaso escolar, sino como el resultado inapelable de “lo que la seño puso en el boletín”, es decir, se lo “subjetiviza” como elemento que identifica a cada docente que se hace responsable de las calificaciones, firma su conformidad y que en palabras de algunos padres, arbitrariamente decide las notas, dejando así invisibles las causas que llevan a un No Satisfactorio o a un Excelente.

Escena 2

Carrizo Victoria Alejandra – martes, 4 de junio de 2013, 10:38

Muchos recuerdos y boletines se vienen a la cabeza, pero una “escena” especial me sigue inquietando: hace unos años participé en un equipo técnico de una provincia para elaborar un boletín que contuviera tantas cosas como la Ley Federal de Educación lo “pedía”: conceptuales, procedimentales, actitudinales, el primero dividido en materias y los últimos “transversales”, (para colocarles calificación conceptual o numérica, claro!)  además de las consideraciones sobre “adecuaciones curriculares”, la división por ciclo de las calificaciones, la jerarquía de las materias como expresa una colega más arriba, la conducta, la asistencia, las observaciones, uf, miles de cuestiones a ubicar en un diseño de columnas y ya parecía un libro, porque hasta el reglamento de evaluación iba escrito en la contratapa, más los escudos y autoridades de la política provincial! en fin, me preguntaba y me pregunto, ¿cuál es la finalidad de tanta ingeniería? que información aporta a la trayectoria de un estudiante dicha ingeniería en la que se invierte tiempo y dinero? Revela un boletín lo que un sujeto es en cuanto subjetivación e identidad?. Sin caer en prejuicios sociológicos, podremos encontrar otra alternativa al sistema meritocrático de nuestra sociedad occidental?

El tema es un disparador para seguir, pero me interpela la necesidad de cambiar también, en mi propia práctica,  la concepción de boletín escolar, aunque no ejerza en primaria, de algún modo u otro, utilizamos este sistema.

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