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Corresponde a las consignas 1, 2 y 3

EL BOLETÍN COMO UN PUENTE A LA LEGITAMACIÓN DE LA CORPOREIDAD EN MOVIMIENTO

En los primeros niveles de escolaridad es donde se brinda mayor información de los contenidos a evaluar mediante un informe evaluativo que refleja un importante número de competencias desarrolladas.
En los primeros niveles de escolaridad es donde se brinda mayor información de los contenidos a evaluar mediante un informe evaluativo que refleja un importante número de competencias desarrolladas.

 

A contraposición, en el nivel primario, la mayoría de los casos correspondientes  a la educación física curricular, el boletín escolar refleja una única valoración conceptual ó numérica para evaluar una cantidad de contenidos semejantes a los del nivel inicial.
A contraposición, en el nivel primario, la mayoría de los casos correspondientes a la educación física curricular, el boletín escolar refleja una única valoración conceptual ó numérica para evaluar una cantidad de contenidos semejantes a los del nivel inicial.

PRESENTACIÓN

“Cuerpo y movimiento constituyen dimensiones significativas en la construcción de la identidad personal. Con el cuerpo y el movimiento las personas se comunican, expresan y relacionan, conocen y se conocen, aprenden a hacer y a ser. Cuerpo y movimiento son componentes esenciales en la adquisición del saber del mundo, de la sociedad, de sí mismo y de la propia capacidad de acción y de resolución de problemas.¹”

Por lo expuesto, el sentido de la presencia de la Educación Física en la escuela es importante, ya que aporta uno de los hilos que tejen la trama de los aprendizajes escolares de los niños. No es el único, no basta por sí solo, pero es insustituible.

Por otra parte, sabemos que los logros de cada estudiante en relación con los aprendizajes esperados en un período de trabajo determinado, se vuelcan  en los documentos públicos por medio de los cuales la escuela comunica sus resultados: los boletines escolares. Por lo tanto: es el boletín escolar un canal de comunicación con las familias. Ahora bien, me pregunto: de comunicación o mero transmisor de información? Información clara, útil, descriptiva de un proceso, o dueña de un reduccionismo  tal que desvaloriza el número  y la riqueza de los saberes aprendidos?

A partir de éstas problemáticas, entiendo que para legitimar la disciplina nos es necesario construir buenas representaciones , por parte de todos los actores escolares, depositando la mirada sobre todo en éste artículo, en los alumnos y sus familias, de las que creemos entender estar en falta del conocimiento de los alcances que éste espacio curricular genera en los educandos y su incidencia en tanto en la construcción de sus procesos cognitivos como en la resolución de tareas concretas de la vida cotidiana en general.

 

¹ Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, Consejo Federal de Cultura y Educación, Contenidos Básicos Comunes para la Educación General Básica. Capítulo “Educación Física”, Buenos Aires, 1995.

“La sociedad confunde educación física con deporte”

http://www.youtube.com/results?search_query=la+educaci%C3%B3n+f%C3%ADsica+se+confunde+con+el+deporte

Este video que decidí publicar muestra como ante la problemática de la falta de conocimiento de los alcances y saberes que éste espacio curricular genera en los educandos  y sus familias, el docente elabora otra estrategia que va más allá de los boletines escolares, publicando en la cartelera escolar, pudiendo verificar el acercamiento que realizan los padres a la información. De eso se trata… buscar canales de acercamientos al conocimiento.

 

ESCENAS

1RA ESCENA:

Es de imperioso valor, a mi modesto entender, la revisión de las prácticas de enseñanza con respecto a las normativas, mecanismos e instrumentos de evaluación que se determinan desde los distintos ministerios y direcciones de currícula con respecto tanto a la denominación de “Educación Física” como en el diseño de los boletines escolares, en donde sólo se refleja una única conceptualización, que a su vez en la mayoría de casos oficia como único instrumento de  información de un largo proceso de aprendizaje, desde la escuela, hacia las familias.

En una primera instancia,  existe una dicotomía entre nuestro nombre de disciplina y nuestro objeto de conocimiento, ya que no trabajamos con el físico sino con cuerpos vivientes de personas con una identidad propia que se expresan a través de movimientos particularmente significativos dentro de diferentes contextos sociales. Por lo tanto, ya nuestra carta de presentación a las familias parte de denominaciones no representativas, que se acrecienta con el relato de los alumnos cuando sus padres le preguntan: Qué hiciste hoy en la clase de Educación física? A lo que el niño responde: “jugué con pelotas”, producto de concentrarse su relato en el material y la vivencia más significativa, sin poder, ni saber genuinamente los alcances cognitivos de aquella instancia de aprendizaje y no pudiendo tampoco el adulto trascender en esa mera circunstancia y entenderla dentro de una actividad seleccionada para el desarrollo de un contenido específico, que seguramente tendrá a posteriori otra actividad que comparta el mismo material pero para  el conocimiento de otro saber, pero que en su apreciación sólo quedará la idea de que hacen lo mismo.

 

2DA ESCENA:

A esto se le suma que si tomamos al boletín como aquel dispositivo comunicacional desde la escuela hacia las familias, en lo que concierne  a la escuela primaria (especialmente tomando como referencia las escuelas estatales de la C.a.b.a) en muy elevados porcentajes es ese casillero completado a modo conceptual con a lo sumo 2 letras (r-b-mb-s) lo único que se refleja del proceso de enseñanza y de todas las competencias que el niño manifiesta haber adquirido, ya que no existe en nuestra área otra visualización formal de los saberes desarrollados por tratarse de contenidos procedimentales en su gran mayoría y no implementar ningún otro instrumento evaluativo  comunicacional a lo largo de todo el ciclo lectivo.

En contra posición existe una diferencia sustancial entre un nivel y otro como ser de inicial a primaria en cuanto a los ítems que constituyen el informe evaluativo que reciben las familias durante el ciclo de la primera infancia, y aquellos casilleros referenciados en los boletines escolares de la escuela primaria.

 

REFLEXIÓN

Se puede evidenciar, desde mi pensamiento en lo particular, que en éste modo de ingresar al universo de aquellos papeles membretados sellados y firmados por autoridades institucionales que intenta representar, a través de calificaciones, el proceso de aprendizaje de un alumno existe un desfasaje. Sus objetivos fueron y son acreditar los saberes logrados y comunicar oficialmente los mismos. Pero en realidad el contenido de estos papeles va más allá, podríamos decir que en él se reflejan efectos de construcciones de saberes sobre el alumno, el profesor y la pedagogía (Gonçalves Vidal, 2012). Y en éste sentido creo entender que la educación física como disciplina no ha podido mantener la coherencia entre el discurso sobre la evaluación y la práctica de la misma. No es extraño que afirmaciones valiosas sobre el papel de la evaluación, sobre la necesidad de constituirla en un proceso permanente, sobre su importancia para mejorar la enseñanza, etc., coexistan con prácticas evaluativas contrapuestas que permanecen sin revisión. En los boletines escolares no hay identidad entre éste, en tanto documento, y sus receptores.

Si bien es cierto que como señala Flavia Terigi, en la clase 4, en que: Si se prolonga el análisis de la estructura curricular de la escuela primaria a lo largo del siglo XX, se encuentra una importante estabilidad y en ella, como sostiene Benavot (2002), a partir de la década del 30 el esbozo esencial del currículum se ha hecho sorprendentemente incuestionable: un núcleo de materias, entre ellas educación física, aparece en la mayoría de las currícula oficiales en todos los períodos analizados, y se ha generalizado aún más con el tiempo; podemos observar claramente que la disciplina ha cambiado poco a poco su posicionamiento epistemológico, su enfoque y visión con respecto a los educando, pero no así su denominación y procedimientos de calificación en muchos ámbitos. Se hace necesario revisar esas tradiciones y las formas de evaluación más frecuentemente utilizadas, a fin de hallar las estrategias y los recursos más adecuados a la nueva propuesta curricular.

La educación física es una disciplina, en donde los cambios de formato y las variables de observación  se encuentran en plena necesidad de modificación. Probablemente, éste tipo de dispositivo, seguirá utilizándose por largo tiempo, pero si empezamos a hablar de que “ahora no sólo el maestro corrige, sino que el alumno se autocorrige. Ahora el docente no es el único en evaluar, sino que el alumno tiene que autoevaluarse y saber en qué punto está” (Daniel Pinkasz,Clase 7), sería interesante pensar maneras de otorgarle significaciones más reales, intentando despegarlo de la negatividad del control y sanción que pareciera reflejar y acercarlo más al concepto de construcción de una instancia más en el proceso de enseñanza aprendizaje, involucrando de manera genuina  a la parte receptora de éste canal de comunicación representadas por las familias en sus hogares.

En este sentido, la evaluación no es ni puede ser un apéndice ; es parte de la enseñanza y del aprendizaje. En la medida en que un sujeto aprende, simultáneamente evalúa, discrimina, valora, critica, opina, razona, fundamenta, decide, enjuicia, opta entre lo que se considera que tiene un valor en sí y aquello que carece de él. Esta actitud evaluadora que se aprende, es parte del proceso educativo que, como tal, es continuamente formativo.

A modo de cierre, considero una reflexión teniendo en cuenta que la evaluación, está condicionada por el contexto y las características específicas de la disciplina, demandando una recuperación del trabajo en equipo y el consenso entre colegas como claves para trabajar la evaluación con la importancia de observar (preguntarse qué, por qué y para qué se observa), de recuperar, registrar y documentar los procesos de aprendizaje; para pasar de este modo tradicional de sistema de calificaciones, a incorporar un enfoque crítico, participativo tanto de los alumnos como de sus familias que permita avanzar hacia la profesionalización docente, apuntando a docentes pensantes y no meros ejecutores .

 

La formación de la corporeidad a través del movimiento debe cederle protagonismo al universo lúdico en el desarrollo de la creatividad y alejarse de las tradicionales tareas conducidas de perfil hegemónico deportivista.
La formación de la corporeidad a través del movimiento debe cederle protagonismo al universo lúdico en el desarrollo de la creatividad y alejarse de las tradicionales tareas conducidas de perfil hegemónico deportivista.

 

Pedagogía de la Esperanza, Freire Paulo – Fragmentos y reflexiones

http://www.youtube.com/watch?v=fSrX2qFe2-E&list=PLp5yDxvA5zI0kkoYgJezY1XF0K_GezWmE

Este es mi pequeño aporte a lo que creo que debe ser para nosotros los docentes formadores una mirada constante.

Los para qué del boletín

LOS PARA QUÉ DEL BOLETÍN
Boletín, libreta de calificaciones… cuando se hace público con la idea de comunicación que implica sólo una forma de información unidireccional, docente-alumno, escuela, familia con una finalidad de notificación y certificación social.
En este sentido, Margarita Poggi expresa, que “la acreditación a diferencia de la evaluación, hace referencia al acto a través del cual se certifican determinados conocimientos (a los que se puede asignar una calificación…responde más a una lógica institucional y social que a la del proceso de aprendizaje de un sujeto”(Poggi Margarita , 2008 ). Aquí la dimensión pública muestra la delegación de poder hacia los docentes para certificar ciertos conocimiento, capacidades y competencias.
Formando parte de un conjunto de artefactos evaluadores, se encuentran los registros y las planillas de observaciones que dejan al descubierto situaciones del currículum oculto naturalizadas desde décadas: “ si todos los alumnos son iguales, si se porta mal se baja la nota en formación ética, lo personal social es de suma importancia pero el excelente no se pone”.
Los Boletines contextualizados, como construcciones históricas, nos muestran claramente , más allá de las materias-disciplimas-áreas, en otros espacios físicos de los mismos (observaciones,otras apreciaciones, extractos de decretos, renglones en blanco ) con qué parámetros se complementan los juicios evaluativos, por ejemplo, la prolijidad, el orden, la asistencia perfecta, el aseo personal y hasta las merecidas vacaciones.
“ La imagen global sobre los alumnos que todo docente construye se funda sólo en parte sobre una evaluación institucionalizada. La evaluación informal, es decir, tanto el juicio implícito como el espontáneo, interviene en un dispositivo de evaluación. Y no sólo revela las representaciones del docente, sino que supone la puesta en juego de diversas fuentes de información…Esto require pensar , consecuencia, en la interacción dinámica que se despliega entre el juicio evaluativo implícito y espontáneo, es decir, la evaluación informal, y el que se formula a partir de dispositivos institucionalizados de evaluación ” (Poggi, Margarita, 2008).
Los documentos nos muestran cómo los docentes tienen “ normas de excelencia abstractas” que se observan representadas en los mejores alumnos. Pero en la mayoría de los casos no se espera que ellos aparezcan en las calificaciones de los primeros bimestres, sino que van mejorando y así a la vez justifican la intervención docente hacia final de año, y sólo algunos logran la excelencia.

Un artículo para compartir : de Juan Delval http://www.mzapata.uncu.edu.ar/upload/delval1.pdf

 

 

Entre dispositivos escolares y trayectorias formativas: los boletines de calificaciones

         Los boletines escolares expresan materialmente  aquellos dispositivos de autoridad y poder que el sistema educativo, caracterizado por su gradualidad, ha construido para regular la transición de los sujetos por los diferentes niveles educativos.

            Es un instrumento de comunicación, que posibilita  el “seguimiento” y “control” de las prácticas de enseñanza y aprendizaje de los sujetos escolares.   En este sentido y siguiendo a Pinkasz, las prácticas evaluativas han sido y siguen siendo “portadoras de significados”, tanto en profesores, estudiantes y padres, produciendo una serie de clasificaciones y representaciones acerca de los sujetos escolares.  Exitosos, fracasados, capaces, vagos, competentes o inadaptados, son algunas de las “voces” que circulan en el cotidiano escolar y familiar e impactan en el destino de las trayectorias formativas  e individuales, produciendo mecanismos de exclusión/inclusión.

            Desde una visión crítica en cuanto al poder del boletín de calificaciones en la constitución de las subjetividades, resulta interesante analizar algunas situaciones reales, escenas escolares y familiares en torno al ritual de entrega de las libretas que permite develar la trama de significados.

          Al finalizar cada trimestre o año escolar, en las escuelas, se estima que el grupo clase debería haber alcanzado  determinados aprendizajes. Se definen parámetros de evaluación que se comparten en reuniones cuidadosamente organizadas, desencadenando mecanismos de clasificación y estigmatización.

Video you-tube- Publicado el 27/06/2013  “La llegada de los boletines escolares”

Columna de Educación de Mirta Goldberg: Época de llegada de boletines del colegio. Nos comenta la expectativa de los padres ante los números, cuando la lectura requiere de una evaluación más profunda. Emitido por Visión 7, noticiero de la TV Pública argentina. http://www.tvpublica.com.ar

www.youtube.com/watch?v=ktPpG6auvoc‎ “Entre los muros”

Escena de la película “Entre los muros”. El profesor Francois es cuestionado por los estudiantes por sus apreciaciones en  la reunión  de informes trimestrales. La categoría de “limitado” genera malestar en uno de los estudiantes que desencadena finalmente su expulsión. La película transcurre en una escuela secundaria de Francia ubicada en un barrio popular.

 

Interpelando al Boletín: continuidades, rupturas y representaciones sobre el valor y sentido de un instrumento de evaluación propio de la cultura material escolar en diversos contextos socio-históricos.

Para la presente instancia de evaluación, he seleccionado la opción A, en torno a los boletines, desde la perspectiva del eje “Los cambios y permanencias en los boletines” y la consideración de las “funciones del boletín” en cada contexto socio-histórico.

La escuela es la institución social a la que se ha hecho cargo de la educación formal de una sociedad.  Como tal necesita informar, a quienes han depositado en ella esta tarea, acerca de los procesos y resultados del aprendizaje de sus destinatarios, los estudiantes. 

Frente a la necesidad de informar la valoración del proceso, algunas de las preguntas que subyacen a esta característica de la escuela como institución de la cultura, es: ¿a quién está dirigido el informe del producto-proceso de aprendizaje? ¿quién es el interesado en recibir esta valoración? ¿por qué?; ¿quién realiza la valoración y cuáles son sus criterios de análisis?; ¿siempre se han valorado los mismos aspectos?; ¿quién determina los criterios y formas de valoración?; ¿Qué representaciones mutuas genera en los protagonistas del acto pedagógico el informe que ofrece el Boletín como elemento de la cultura material escolar?

Es muy interesante analizar el Boletín de Calificaciones en sus aspectos objetivos y subjetivos.  En principio propongo para el presente trabajo una mirada objetiva en función de los criterios – aspectos a valorar en cada etapa histórica, aunque será necesario también considerar las valoraciones y representaciones que docentes, estudiantes y padres hacen frente a este instrumento que ha venido a ser parte inherente a la cultura material escolar. 

El Boletín responde a los criterios de valoración de los aprendizajes propios de un modelo de política pública educativa.  Este modelo pretende implementar un proyecto político-ideológico que se sustenta en una visión particular de: hombre – ciudadano – sociedad – conocimiento, etc. Pero que también contribuye a la valoración de los propios procesos de aprendizaje y las representaciones que esto genera en cada uno de los protagonistas del acto pedagógico (alumnos – padres – docentes).

Boletín 2012-2-Interno Boletín 2012-1-Oficial Boletín 1998-2 Boletín 1998-1 Boletin 1981-5 Boletín 1981-4 Boletín 1981-3 Boletín 1981-2 Boletin 1981-1 Boletín 1925-6 Boletín 1925-5 Boletín 1925-4 Boletín 1925-3 Boletín 1925-2 Boletín 1925-1

 

Caricaturas e historietas sobre EVALUACIÓN EDUCATIVA:

¿Qué es una evaluación “justa”? ¿Qué medimos? ¿Cuál es nuestro criterio de medición? ¿Cúal es nuestro instrumento de medición? ¿Todo instrumento o criterio es válido – justo? ¿Quién determina la validez de un instrumento de evaluación? ¿Quién determina los criterios de evaluación? ¿Podemos pretender universalizar criterios e instrumentos, cuando cada uno de nuestros estudiantes es diferente al otro? ¿Un instrumento y/o criterio universal puede garantizar una medición justa que garantice la heterogeneidad de los grupos escolares? ¿Cómo responde el boletín de calificaciones a estos interrogantes?

Imagen de evaluacion - animales

Películas vinculadas a la evaluación y comunicación a través del uso del boletín o informe escrito:

a-     The Emperor’s Club | 2002 | Director: Michael Hoffman

¿Cómo juegan las representaciones que los docentes nos hacemos sobre los alumnos en la valoración de sus procesos de aprendizaje y expectativas sobre el sujeto de aprendizaje? ¿Podemos valorar objetivamente los procesos de aprendizaje de nuestros estudiantes? ¿Cuál es el límite entre “representaciones sobre el alumno” y la “valoración sobre su proceso de aprendizaje”

b-    Dead Poets Society | 1989 | Director: Peter Weir

¿Cómo determinan las calificaciones, la representación que el alumno tiene de sí mismo?

c-     Preciosa / 2009/ Director: Lee Daniels/  http://www.youtube.com/watch?v=JoYmVDEA45A

¿Qué medimos en el alumno a la hora de evaluar su proceso y tomar decisiones respecto a su trayecto pedagógico? ¿Las calificaciones evidencian una medición integral que nos permita una mirada comprensiva de su proceso?

d-     Escritores de Libertad / 2006 / Director: Richard LaGravenese

Los instrumentos de medición del proceso de aprendizaje, pueden ser excluyentes a la hora de recuperar la información arrojada para la organización excluyente de los grupos escolares (los adelantados y los desfavorecidos, “estos” y “aquellos”, los buenos y los indeseados, aquellos que son destinatarios deseados y aquellos a quienes “hay que recibir”, etc.)

e-   Un sueño posible: The Blind Side /2009 / Director: John Lee Hancock

El informe escrito –boletín, ¿arroja todas las dimensiones que hacen a una mirada compleja sobre las capacidades – herramientas – conocimientos – habilidades sociopedagógiocas, etc., que nos permitan ofrecer al estudiante opciones educativas que se ajusten a sus posibilidades, o que posibiliten el desarrollo de sus potencialidades?

 Escenas que se nos parecen…

¡Cuántos recorridos ha tenido el boletín a lo largo de mi tránsito por la escuela, como alumna y como docente!  Diferentes contextos, épocas e intencionalidades.

Escena N°1:

Recuerdo las calificaciones conceptuales con el típico “satisfactorio indiferenciado y a-personal” de mi primaria, en los primeros grados … Todas teníamos lo mismo… Acompañado por un “seguí así”, siempre me pregunté ¿cómo?… Lógicamente a modo de hábitus y seguramente con otras intenciones educativas, lo reproduje en los boletines de mis alumnos: ANS – S -MS.  Aunque en las observaciones teníamos-tenemos más espacio para poder explicitar el “seguí así”, fundamentándolo con las observaciones que realizamos sobre el alumno durante ese trimestre, dentro de las cuales según el maestro y/o los acuerdos institucionales podía comenzar por rescatar los aspectos positivos de su proceso para luego puntualizar algunos aspectos a mejorar.  Esta modalidad ofrecía elementos que permitieran a los papás que raramente se aceraban a la escuela, poder tomar alguna decisión o saber qué “estudiar, practicar, o reforzar”… cuasi “pequeñas descripciones – orientaciones para el alumnos y para los padres que reemplacen las veces que fueron convocados y por diversas razones, no se presentaron”.

En los grados más grandes las calificaciones numéricas por áreas, que en cada época han significado diferentes aspectos: evaluaciones y trabajos, para mi trayecto como alumna, y/o procesos en mi rol de docente. ¡Cuántas veces me pregunté qué evaluar?!… ¿Cuántas veces tuve que repensar si valía la pena obedecer a las evaluaciones escritas y trabajos en la carpeta como mejor recurso, cuando tenía alumnos que se negaban a escribir o en sus casas no tenían con qué o dónde estudiar? ¿por qué no revalorizar más su trabajo oral y participación en la clase?  ¿por qué no considerar su brillantez a la hora de debatir problemas y resultados… y tener en cuenta que los bloqueos propios respecto a la adquisición de la escritura, no era el referente para evaluarlo en matemática? ¿Hasta dónde lo instituido es lo que verdaderamente debe orientar nuestra práctica docente? ¿cuál es el alcance de nuestras decisiones pedagógicas? ¿cuál es su sustento?

Escena N°2:

El año pasado, una alumna de superior me trajo el boletín de su abuela, que había nacido en el año 1919… por lo que calculando, será un boletín de 1925 en adelante (no registra fechas).  Interesantísimo ver como entre los datos iniciales del  alumnos figuran: color de la piel, color de ojos, tipo de nariz.  Toda una visión antropológica, del sujeto de aprendizaje y la función de la escuela, propia del contexto histórico.  Y entre sus aspectos de evaluación figuran: aplicación, aseo, conducta, faltas de asistencia, faltas de puntualidad (algunos de los cuales aún hoy permanecen en los boletines)

Este año, en la escuela secundaria en la que trabajo, se debatió el nuevo sistema de calificación institucional, complejísimo para todos, con el fin de valorar el desempeño actitudinal del alumno… como si viniera desligado de los procesos de construcción del aprendizaje o desarrollo de habilidades y procedimientos.  ¿Hasta dónde a la hora de evaluar olvidamos al alumno como persona integral, en nombre de su integridad?

Por otro lado es interesante pensar en los boletines paralelos a los oficiales… Evidencian alguna carencia de sentido, o como se menciona en la introducción a esta propuesta, la falta de identidad entre lo que se observa – califica, y la realidad del alumno – padres-contexto.

¿Será posible una evaluación ajustada al real proceso del alumno? ¿será que la escuela gradual tal como está dada, no nos deja otras opciones, como evaluar siguiendo el natural proceso del alumno, según su disposición a aprender, características personales, etc.? En fin… seguramente estos interrogantes son limitados, para la complejidad de esta tarea esencial al quehacer docente.

 Reflexiones…

Es complejo en pocas palabras lograr una síntesis completa y compleja como lo requiere el análisis de este instrumento histórico e intrínseco a la cultura escolar.  En principio quiero pensar al boletín desde la gramática escolar, como un “elemento hablante”, por lo que se me ocurre interpelarlo a fin de que arroje y nos narre los aspectos sociales-culturales-insitucionales-políticos-filosóficos-pedagógicos-subjetivos que le dan una identidad que asume diferentes características y representaciones en la historia del sistema educativo, pero cuya función intrínseca es la de “informar la evaluación sobre el aprendizaje de un sujeto pedagógico, por otro sujeto pedagógico”.

Tal como explica Isabelino Siede en la clase 3 de la Especialización, la sociedad occidental ha construido la institución escolar como un complejo dispositivo para la socialización de sus nuevos integrantes.  En cada institución escolar se configuran rasgos de identidad que definen la cultura institucional.  Estos elementos identitarios están determinados por  el conjunto de hábitos, representaciones y expectativas recíprocas que caracterizan ese ámbito social en particular.  Cuando nos referimos a “la escuela” como una particular institución de la sociedad cuya función es muy específica, describimos su “cultura escolar”, abarcando en este concepto lo que Siede define como: “trama de sentidos que configura las condiciones de subjetividad de las organizaciones educativas”. Es así que “(…), lo que cada quien es y hace en la escuela puede ser interpretado a partir de la cultura institucional”.  Continúa diciendo que las culturas poseen una visibilidad relativa, que requiere ser develada, por lo que es necesario que para poder desentrañar su identidad, asumamos una actitud de extrañamiento frente a lo naturalizado.  De esta manera intentaremos posicionarnos en el análisis de los históricos e institucionalizados “boletines de calificaciones” como uno de los tantos elementos de la cultura material de la escuela, con el cual nos hemos naturalizado y que para poder comprender su sentido – significado – función, necesitamos posicionarnos como extranjeros frente a él y la cultura escolar que lo ha naturalizado dentro de sus materiales y prácticas culturales.

Uno de los conceptos que también trae Isabelino Siedes, es aquel que presenta Flavia Terigi al presentar la ”gramática de la escuela”, como la organización del tiempo, del espacio, de las estructuras curriculares, lo cual supone representaciones sobre la tarea, la relación entre los grupos familiares, dispositivos de organización institucional y las tradiciones curriculares y didácticas. En este sentido, el “boletín”, viene a ocupar el lugar de un instrumento material, que forma parte de los dispositivos de organización institucional en  la medida que es el instrumento formal mediante el cual escuela/docentes se vinculan con los padres/familia, a fin de comunicar la valoración que realizan sobre el proceso del alumno.

Así como a cada modelo de Estado podemos identificarlo con diferentes tipos de gobiernos que han asumido el diseño y gestión de distintas políticas públicas a lo largo de la historia, podemos expresar que a cada política pública educativa, corresponden también determinadas concepciones ideológicas respecto a las finalidades y objetivos de la educación, que necesariamente se traducen en el diseño de propuestas curriculares, orientaciones didáctico-pedagógicas, criterios de evaluación de los procesos de aprendizaje en función de las intencionalidades pedagógicas que se sustentan.  Por eso mismo, los instrumentos de valoración de los aprendizajes se corresponderán a esto criterios contextuales y sociohistóricos.

En los boletines que se presentan adjuntos podemos analizar múltiples aspectos referidos a las políticas educativas, modelos de Estado y ciudadano, concepciones antropológicas y filosóficas que sustentan las políticas educativas, culturas institucionales y gramáticas escolares que sustentan las valoraciones que se leen en el boletín.

Es muy interesante leer en el boletín de 1925 los aspectos físicos (color de la piel, ojos, nariz, aseo) que clasifican a los alumnos según criterios biológicos – antropológicos – científicos que sustentaban las prácticas pedagógicas de la época.

Es una continuidad el control de asistencia e inasistencias, que determinan el cumplimiento con la normativa respecto a la obligatoriedad escolar.

Respecto a la conducta se han asumido diferentes criterios de valoración.  Mientras en 1925 se explicita la valoración en el boletín, en las siguientes etapas se lo considera dentro del “’área social” o en “nota estímulo”, como en el boletín de 1981, o bien como dentro de las “observaciones” a partir de los 90’.  Esto responde a cambios en las concepciones sobre los criterios de evaluación en los que se ha ido profundizando a lo largo de la historia la concepción de educación integral, por lo que los diseños curriculares fueron transformándose desde la clasificación en objetivos generales y operacionales en los que se medían conductas, hacia la consideración de competencias que se vinculaban con la clasificación de los contenidos en actitudinales – procedimentales – conceptuales, hasta concebir en la actualidad la integridad de la conducta humana, en la que no podemos atomizar a la persona sino valorar su desempeño integral mientras aprenden contenidos que la involucran en todos sus sentidos.  Esto se corresponde con un cambio en la concepción de las áreas y modos de conocer de cada disciplina que hoy se reflejan en los diseños curriculares, en los cuales se concibe que mientras aprendemos conceptos, también involucramos los procedimientos propios que requiere el dominio de tales conceptos, pero al mismo tiempo se espera del estudiante que asuma las actitudes propias que requiere el contenido y sus modos de conocer.  Por estas razones, la división en materias o asignaturas, fue transformándose en áreas o espacios curriculares que permiten una mirada integral y compleja sobre los contenidos escolares, pero también una mirada integral sobre el proceso aprendizaje, por lo que hoy por ejemplo se presentan las áreas de Matemática o de Prácticas del Lenguaje como prácticas.

Es interesante el contraste en la valoración del proceso de aprendizaje en la escuela oficial y la privada.  En la última, muchas veces se emplea un sistema de evaluación -información paralelo al oficial, a fin de explicitar algunos de los aspectos que se valoran en la cultura institucional en particular.

Otra diferencia epocal tiene que ver con el tipo de calificación (conceptual o numérica); la periodización de los informes; y los criterios de acreditación y promoción según la concepción del proceso de aprendizaje.

Cada época informa del estudiante los aspectos esperables a su contexto y políticas educativas.  Pero también comunica de acuerdo a lo se espera que la institución escolar promueva en los alumnos.  Aquí jugarán también las representaciones subjetivas que padres y alumnos se harán sobre la interpretación de los informes que no siempre son muy explícitos en lo que quieren informar con un “bien”, “muy bien”, “insuficiente”, cuatro, ocho, ANS, PS, etc.

En síntesis, a la hora de interpelar ese valioso instrumento de la cultura material escolar, no puede sino develar una realidad tan compleja como la cultura misma en la cual se inscribe y merece ser escuchado y leído a fin de poder comprender su sentido socio-histórico.

Artículos vinculados…

Edith Litwin: http://www.educared.org/global/ppce/los-boletines-de-calificaciones-o-documentar-la-evaluacion

 

Seguir leyendo Interpelando al Boletín: continuidades, rupturas y representaciones sobre el valor y sentido de un instrumento de evaluación propio de la cultura material escolar en diversos contextos socio-históricos.

¿Qué tienen de especiales las denominadas “materias especiales” en la escuela? El caso de las artes visuales.

¿Por qué después de haber pasado más de un siglo de estar presentes en los currículos escolares, a las artes visuales  (con las diferentes denominaciones que tuvieron a lo largo de estos años) se las sigue llamando en el ámbito educativo como “materias especiales”? ¿Especiales con respecto a qué? ¿Cuál es el lugar que tienen dentro del  currículum y qué relación mantienen con las otras disciplinas dentro de ese campo? ¿Cómo se pensó tradicionalmente el aporte que las artes visuales brindaban a la educación de los alumnos? ¿Desde dónde podemos pensar hoy este aporte?

El objetivo de este trabajo es intentar esbozar algunas reflexiones sobre el lugar que tuvieron y qué tienen las artes visuales en el currículum escolar y cuál es su contribución a la formación de nuestros alumnos. Sostendremos que su denominación como materia especial responde al lugar subalterno que las mismas tienen dentro del campo del currículum en relación a otras disciplinas como la lengua, la matemática y las ciencias. Subalternidad que se manifiesta tanto en su peso horario dentro de la estructura curricular como en las representaciones que sobre las mismas poseen los actores escolares (docentes, alumnos, familias).

Para superar este lugar “especial” que han tenido las artes visuales dentro de la escuela entendemos que debemos comenzar a pensarlas como unas potentes herramientas para lograr la alfabetización audiovisual de nuestros chicos y jóvenes, esto es permitirles obtener una posibilidad más de  comunicar y comprender el mundo.

El boletín y la evaluación en clave de…humor

 

Boletín de calificaciones de J. Cristo

MATERIA

NOTA

COMENTARIO DEL MAESTRO

Religión 6 A la pregunta “Quien hizo el mundo??” persiste en decir “Mi papá”. Dice que la Biblia viene de la misma fuente.
Idioma 6.5 Tiene a hablar y escribir en formas arcaicas y utiliza figuras retóricas fuera de tiempo.
Historia 10 Excelente alumno en Historia de la Religión y en Civilizaciones Antiguas
Geografía 7 Su preparación en “Zonas cálidas y secas” es excelente, pero muestra poco interés en el resto.
Sociales 9 Muestra gran interés en materias sociales.
Matemáticas 4 Faltas básicas. Persiste en decir cosas como “Tres en uno” y “Yo y mi padre sumamos uno”.
Ciencias 6 Falta de disciplina. Ej. Cuando le pregunté que repita el experimento que yo mostré acerca de como hacer hidrógeno, contestó diciendo que “Hay mejores formas”.
Dibujo 6 Prefiere dibujar con un palo en la arena a usar papel y lápiz.
Educación y Consumo 7.50 Muestra ideas interesantes acerca de una vida alternativa. Algo acerca de vivir como pájaros en las llanuras… Demasiado utópico.
Artes 8 Tiene gran imaginación y creatividad. Le gusta hacer cosas con el polvo y el agua.
Manualidades 10 Excelente en carpintería. Obviamente recibe ayuda y estimulación en la casa.
Música / actuación 9.50 Un gran miembro del coro escolar. En ocasiones puede llegar a ser tremendamente dramático.
Cívica 10 Muy interesado en todo lo que respecta a la comunidad.
Educación física 5 Problemático. Ej. Durante una clase de natación insistía en cruzar la pileta caminando sobre el agua…
Educación para la salud 10 Muestra una remarcable aptitud para primeros auxilios y tiene conocimientos del cuerpo humano.

 

“COMENTARIO GENERAL DEL DOCENTE:

Este chico tiene una poco recomendable tendencia a formar pandillas. Ha organizado a doce de sus amigos y formaron una, la cual puede ser vista constantemente con hijos de pecadores. Debería ser más selectivo al elegir a sus amigos. Además, debería aprender a tener el pelo mas cuidado o mas corto, y no debería combinar sandalias con el uniforme escolar.”

 Me pregunto: ¿Y qué sabemos de la historia y el contexto cultural de cada alumno…?

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“Evaluando se entiende la gente” por Rudy

“La señorita Silvia estaba decididamente preocupada. Porque, bueno, al fin y al cabo ella era una docente argentina, que llevaba su carrera con dignidad, motivada por la firme vocación de educar, de transmitir conocimiento a los niños, que son ¡cuántas veces habrá escuchado esta frase! el futuro de la Patria en particular, y de la Humanidad en general, por no mencionar al resto del Universo, cuyas condiciones de habitabilidad eran al menos dudosas.

O sea que la señorita Silvia estaba habituada, o al menos acostumbrada, o digamos que resignada, a tratar con niños, con muchos niños, cada día de la semana de su vida. A enfrentarse con sorpresas actitudinales y a enfrentarlas con creatividad conceptual, o algo parecido a eso. A evaluarlos, y a que la evalúen. A enseñarles, y a que le enseñen, que cualquier adulto con más de una neurona en actividad sabe que hoy en día los niños son fuente ineludible de conocimiento, que son muchas veces sus preguntas las que nos llevan a pensar y a encontrar.

Pero esta vez era distinto, porque se trataba de una evaluación. Mejor dicho, se trataba de evaluar la evaluación. O para ser más precisos, de una reunión multitudinaria, en la que estaban representados todos los sectores y fragmentos imaginables, y algunos inimaginables, para plantearse cómo debía ser la evaluación escolar. Y ahí estaban. Maestros, profesores, autoridades, padres, alumnos, no docentes, colados (porque había café y medialunas), gente que pasaba por ahí, vio un grupo de personas y se metió a ver si conocía a alguien, etc.

–Yo quisiera decir algo –dijo el Licenciado Pérez López Rodríguez Fernández.

–¡¿Y por qué no lo dice? –le respondió el doctor López Fernadez Levín García– ¿No se da cuenta de que, si queremos niños libres de mente, tenemos que comenzar por poder expresarnos; no reprimir nuestros pensamientos, decir lo que queremos?

–Estaba por hacerlo, pero usted me interrumpió –dijo Pérez López… etc.

–No –dijo López Fernández etc.–, usted dijo que “quisiera decir”, o sea, empleó el pretérito imperfecto del subjuntivo, lo que expresa cierta improbabilidad, es como que “quisiera, pero”. Cualquier alumno de cuarto grado sabe eso, licenciado, y si no lo sabe, no pasa de grado.

–Es posible, colega, pero yo estaba usando la retórica, que es una de las herramientas de la oratoria, que me extraña que usted desconozca… me temo que no lo hayan evaluado bien.

–¡Para que sepa, yo me saqué un 10 en “Expresión lingüística diletante, dilatoria o procastinatoria de eventos importantes”!

–¿Un diez sobre cien, o un diez sobre mil?

–¡Un “muy bien diez felicitado”,me saqué! ¡Y mi mamá me hizo una chocotorta para festejar, para que sepa!!

Los demás veían el diálogo, boquiabiertos, y lo escuchaban con los ojos dilatados.

–¡Déjenme hablar, déjenme hablar, que soy doctor en varias universidades!

–¿Tiene usted un máster en educación, un Ph D?

–No. Soy médico; pero en varias universidades, cuando necesitan un doctor voy yo, porque hago guardia para varias empresas de medicina prepaga.

–¡Yo quiero decir que hay que volver al viejo sistema! –gritó la señorita Vega López Fernández Ortega.

–¡¿A cuál de ellos?

–¡A cualquiera! Lo que me importa es poder decir eso en la reunión, para después poder decir que lo dije y quedar bien con mis amigas.

–Yo creo que hay que ponerles notas a los chicos. Los que no saben nada se sacan un “Do”, los que saben poquito, un “Re”, y después vienen Mi, Fa, Sol, La y Si.

–Claaaro, ya me imagino,“Gómez tiene un Re sostenido, estudie más”;o “¡Mami, me saqué un Si Bemol en Lengua y un dominante de Fa en Historia”!

La señorita Silvia cerró los ojos. Soñó que estaba en clase con sus alumnos.

Y por un momento, fue feliz”.

Considero que cuando la evaluación se convierte en

un juego de palabras, 

todos los actores del sistema educativo…pierden.

Imágenes para reflexionar…. El estigma de la evaluación…

decada30sin palabras!!!          o

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El estigma de la evaluación

Se convierte en una especie de signo, marca o estigma; que por un lado implica elevación, ascenso, enaltecimiento, por lo valioso tanto por el poder del que designa como del que lo adquiere, también puede significar permanencia del status quo, o descenso, declinación, hasta podría llegar a decirse “marca de exclusión”…