Boletín de calificaciones de J. Cristo
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“COMENTARIO GENERAL DEL DOCENTE:
Este chico tiene una poco recomendable tendencia a formar pandillas. Ha organizado a doce de sus amigos y formaron una, la cual puede ser vista constantemente con hijos de pecadores. Debería ser más selectivo al elegir a sus amigos. Además, debería aprender a tener el pelo mas cuidado o mas corto, y no debería combinar sandalias con el uniforme escolar.”
Me pregunto: ¿Y qué sabemos de la historia y el contexto cultural de cada alumno…?
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“Evaluando se entiende la gente” por Rudy
“La señorita Silvia estaba decididamente preocupada. Porque, bueno, al fin y al cabo ella era una docente argentina, que llevaba su carrera con dignidad, motivada por la firme vocación de educar, de transmitir conocimiento a los niños, que son ¡cuántas veces habrá escuchado esta frase! el futuro de la Patria en particular, y de la Humanidad en general, por no mencionar al resto del Universo, cuyas condiciones de habitabilidad eran al menos dudosas.
O sea que la señorita Silvia estaba habituada, o al menos acostumbrada, o digamos que resignada, a tratar con niños, con muchos niños, cada día de la semana de su vida. A enfrentarse con sorpresas actitudinales y a enfrentarlas con creatividad conceptual, o algo parecido a eso. A evaluarlos, y a que la evalúen. A enseñarles, y a que le enseñen, que cualquier adulto con más de una neurona en actividad sabe que hoy en día los niños son fuente ineludible de conocimiento, que son muchas veces sus preguntas las que nos llevan a pensar y a encontrar.
Pero esta vez era distinto, porque se trataba de una evaluación. Mejor dicho, se trataba de evaluar la evaluación. O para ser más precisos, de una reunión multitudinaria, en la que estaban representados todos los sectores y fragmentos imaginables, y algunos inimaginables, para plantearse cómo debía ser la evaluación escolar. Y ahí estaban. Maestros, profesores, autoridades, padres, alumnos, no docentes, colados (porque había café y medialunas), gente que pasaba por ahí, vio un grupo de personas y se metió a ver si conocía a alguien, etc.
–Yo quisiera decir algo –dijo el Licenciado Pérez López Rodríguez Fernández.
–¡¿Y por qué no lo dice? –le respondió el doctor López Fernadez Levín García– ¿No se da cuenta de que, si queremos niños libres de mente, tenemos que comenzar por poder expresarnos; no reprimir nuestros pensamientos, decir lo que queremos?
–Estaba por hacerlo, pero usted me interrumpió –dijo Pérez López… etc.
–No –dijo López Fernández etc.–, usted dijo que “quisiera decir”, o sea, empleó el pretérito imperfecto del subjuntivo, lo que expresa cierta improbabilidad, es como que “quisiera, pero”. Cualquier alumno de cuarto grado sabe eso, licenciado, y si no lo sabe, no pasa de grado.
–Es posible, colega, pero yo estaba usando la retórica, que es una de las herramientas de la oratoria, que me extraña que usted desconozca… me temo que no lo hayan evaluado bien.
–¡Para que sepa, yo me saqué un 10 en “Expresión lingüística diletante, dilatoria o procastinatoria de eventos importantes”!
–¿Un diez sobre cien, o un diez sobre mil?
–¡Un “muy bien diez felicitado”,me saqué! ¡Y mi mamá me hizo una chocotorta para festejar, para que sepa!!
Los demás veían el diálogo, boquiabiertos, y lo escuchaban con los ojos dilatados.
–¡Déjenme hablar, déjenme hablar, que soy doctor en varias universidades!
–¿Tiene usted un máster en educación, un Ph D?
–No. Soy médico; pero en varias universidades, cuando necesitan un doctor voy yo, porque hago guardia para varias empresas de medicina prepaga.
–¡Yo quiero decir que hay que volver al viejo sistema! –gritó la señorita Vega López Fernández Ortega.
–¡¿A cuál de ellos?
–¡A cualquiera! Lo que me importa es poder decir eso en la reunión, para después poder decir que lo dije y quedar bien con mis amigas.
–Yo creo que hay que ponerles notas a los chicos. Los que no saben nada se sacan un “Do”, los que saben poquito, un “Re”, y después vienen Mi, Fa, Sol, La y Si.
–Claaaro, ya me imagino,“Gómez tiene un Re sostenido, estudie más”;o “¡Mami, me saqué un Si Bemol en Lengua y un dominante de Fa en Historia”!
La señorita Silvia cerró los ojos. Soñó que estaba en clase con sus alumnos.
Y por un momento, fue feliz”.
Considero que cuando la evaluación se convierte en
un juego de palabras,
todos los actores del sistema educativo…pierden.