Sabemos que cada elemento cumple una función diferente en relación a aquello para lo que fue pensado, en otros casos esta función se ha instalado naturalmente y se mantiene en el tiempo inalterable sin ser cuestionada ni interrogada. Un elemento pedagógico como el boletín, solo puede ser indagado en su cometido cuando encuentra otro elemento que pueda suplantarlo o cuestionarlo de forma que este pueda variar en su función o bien dejar paso a quien lo reemplace. Si el boletín siempre estuvo pensado para cuantificar los saberes de un sujeto aprendiz, me pregunto, ¿Qué análisis se me permite realizar a partir de la observación del video donde el niño pone notas a su Padre alterando la función del Boletín que s poner nota al alumno? ¿Es lo mismo poner una “nota” que “calificar”? ¿Cuando se “dice” Boletín de Calificaciones se piensa inmediatamente en una nota numérica que evalúa un recorrido? ¿Se evalúa al docente en sus saberes y como se le informa de su rendimiento?
Siempre que nos referimos a una nota numérica nos estamos introduciendo en el campo de lo cuantitativo y estamos deponiendo lo cualitativo, dando paso a suponer que el fin de la evaluación es colocar una “nota” que refleje los saberes y volcarlas a un “boletín” que las informe. El Boletín de calificaciones podría suponer también un amplio sentido capitalista, ya que posicionaría mejor a aquel sujeto que acumule más capital, o sea, mejores notas, lo que podría estimular la competencia o la frustración y el fracaso. Independiente mente de la función para la que fue pensado el Boletín… ¿Es esta la función que se supone tiene que tener en la actualidad con todos los cambios que se fueron planteando a lo largo del tiempo en el Sistema Educativo? ¿Puede reformular su función sin desaparecer del Sistema?
Algunas funciones que se suponen previstas para “El Boletín”:
1. Relevar información: de todas las materias y todos los docentes, esta información estaría relejada en una nota numérica.
2. Concentrar información: en la libreta o boletín papel que concentra todo el recorrido trimestral y anual de un sujeto.
3. Informar: a la familia, demás docentes, autoridades y alumno sobre el rendimiento académico del sujeto, manteniendo un vínculo escuela-familia.
4. Prevenir: mediante informes parcializados se procura la toma de conciencia y la administración de los tiempos de estudio para capitalizar las “notas”.
5. Motivar: desde lo positivo se incentiva al alumno a “seguir así” y desde lo negativo se lo invita a mejorar haciendo intervenir a todos los actores posibles para que el sujeto deponga su situación y prevenga el fracaso.
6. Incluir: todas las funciones anteriores se concentran en la pretensión de incluir al alumno en el sistema, tratando por sobre todos los medios que este no fracase y tenga los mismos derechos que sus pares, procurando siempre una educación con nivel y calidad.