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La alumna chantapufi y la vivencia del “zoquete”

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Esta imagen es un comunicado escrito por la maestra del grado a la madre en el boletín de la alumna en cuestión; vale destacar que se trata de mi madre. Ella me cuenta, y siempre me contó, que no le gustaba estudiar, y como es gemela idéntica, cuando podía “zafar” mi tía pasaba en su lugar en las lecciones y evaluaciones…Pero luego de varios años las maestras se daban cuenta y la controlaban…por eso las notas del boletín, y la nota de la maestra. Es posible encontrar en esta nota similitudes con lo relatado por Daniel Pennac en su libro, sólo que en vez de hablar desde el lugar de alguien que “padece” su escolaridad por ser un mal alumno, se escucha la vivencia de alguien que al contrario, intenta desligarse de la responsabilidad que todo alumno debe asumir en la escuela.
Contextos diferentes, décadas que no son iguales, escolaridades que difieren entre si. Sin embargo, hay una gran semejanza, en ambos casos, con el boletín, en tanto objeto escolar, se genera un tipo de relación, un conjunto de significados que atraviesan al sujeto en tanto alumno, más allá del tiempo y del espacio.
——Chantapufi es una palabra propia del lunfardo. Refiere a una persona que no tiene reparos en engañar o mentir para obtener provecho.

El sabor amargo del boletín

Recuerdo la entrega del boletín de segundo grado de la primaria en la década del ´90. No era una alumna 10 pero me esforzaba, me gustaba el colegio y estudiaba, mis notas eran buenas. Sin embargo recuerdo con sabor amargo el casillero que decía observaciones ya que ahí se señalaba “debe participar más en clase”. Yo era una de las “calladas” y cuando veía que todo el mundo levantaba la mano me daba vergüenza, a pesar de que en muchas ocasiones mis compañeros respondían lo que yo también pensaba. Creo que esto habla de la concepción de alumno que se manejaba. A mi me molestaba tener esa observación porque me gustaba ir al colegio, aprender y estudiar, pero no era de “los q levantaban la mano”. El boletín “esperaba” un tipo de alumno, no importaba la razón por la que no respondía a lo esperado… Si los sujetos somos todos diferentes… ¿cómo evaluar los mismos contenidos trabajados en el aula sin dejar de lado que cada alumno se relaciona de modo diferente con el conocimiento? Frente a una escuela que enseña un determinado cúmulo de contenidos a todos ¿cómo garantizar una verdadera apropiación de lo enseñado sin dar lugar a qué sea un “como si” en el que sólo se responde por el mero hecho de responder a lo esperado?

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