La democratización del sistema educativo en los últimos 30 años: un camino sinuoso

La transición a la democracia iniciada en 1983 estuvo colmada de promesas de cambio en diversos órdenes de la vida nacional. La democratización de la vida pública, la participación y la modernización fueron ideas-fuerza que alcanzaron esos diversos órdenes, también el sistema educativo. En el mensaje presidencial del 10 de diciembre de ese año Raúl Alfonsín sostenía que la democracia era un valor aún más alto que el de una mera forma de legitimidad del poder, “porque con la democracia no sólo se vota, sino que también se come, se educa y se cura“.

Como respuesta a la herencia cultural y educativa de la dictadura el gobierno de Raúl Alfonsín procuró, en primer lugar, desarmar los dispositivos represivos del sistema educativo: promovió la vuelta de docentes cesanteados y exiliados, levantó la censura de libros y materiales educativos y normalizó las universidades, como una apuesta a la restauración de las libertades civiles.

En segundo lugar, se propuso recuperar el sistema educativo público ya existente, la “vieja escuela pública”, ampliando su cobertura y generando mecanismos para la participación de la “comunidad educativa” dentro de las instituciones. Una medida contundente en este sentido ha sido la eliminación de los exámenes de ingreso para el acceso tanto a la escuela media como a las universidades, favoreciendo un importante aumento de la matrícula en estos niveles, históricamente destinados a las elites.

En tercer lugar, planeó comenzar a discutir una redefinición de los conocimientos que se distribuían en el sistema educativo, considerando la contribución que venían generando diversos contenidos escolares a la conformación de una cultura autoritaria.

La convocatoria a un segundo Congreso Pedagógico Nacional en 1984, con la participación de docentes, padres y estudiantes, se propuso generar consenso para transformar el sistema educativo según las demandas de los nuevos tiempos. Sin embargo, fracasó, sólo logró preservar lo existente. En conflicto salarial con el gobierno, la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) no participó del mismo y los sectores conservadores liderados por la Iglesia Católica lo consideraron una amenaza laicista contra sus intereses.

Estos avances se generaron, sin embargo, con una importante deuda pendiente: la primera transición democrática no logró desarmar los dispositivos discriminatorios del sistema educativo instalados durante la última dictadura, es decir, no alcanzó a superar el carácter fragmentado y poco igualitario de nuestras escuelas. Así, deja sentadas las bases para las reformas de la década de 1990, durante el gobierno de Carlos Menem.

Este gobierno generó al mismo tiempo una modificación sustantiva del sistema educativo y una profunda reforma curricular. La primera, a través de las leyes de transferencia (1992), la federal de educación (1993) y de educación superior (1995), produjo una desconcentración del sistema educativo nacional, que pasaba a depender del financiamiento y los recursos humanos de las jurisdicciones provinciales, profundizando así la discriminación y desigualdad existentes. La segunda, una modificación profunda de contenidos de diversas disciplinas escolares.

En este contexto, se profundizan, se extienden viejos problemas como el de los niños y jóvenes que “repiten” o “abandonan” la escuela o la tensión entre “enseñar” y “contener” a la que se ven sometidos los docentes.

Los últimos años, en particular a partir de la Ley de Educación de 2006 y con medidas ad hoc como la Asignación Universal por Hijo del 2009, el Estado Nacional buscó recuperar su rol de actor principal en el lineamiento de políticas educativas que apunten a la democratización del sistema.

Desde este punto de partida, queda mucho para seguir construyendo con y desde políticas de “arriba hacia abajo” y de “abajo hacia arriba”, para lograr el acceso y la permanencia de niños y jóvenes de diversos orígenes sociales, económicos y culturales en escuelas de  distintos niveles educativos, alcancen una experiencia democrática.

Marisa Massone, julio de 2013.

Abierta la inscripción a nueva cohorte

Estimados se encuentra abierta la inscripción a la segunda cohorte del año 2013 del Diploma Superior en Curriculum y Prácticas escolares en contexto.

Los invitamos a ver el video de presentación haciendo clik aquí.

Informes e inscripción: curriculum@flacso.org.ar

Treinta años de democracia en la cultura escolar

Los treinta años de democracia tienen necesariamente un correlato con la vida cotidiana de la escuela. La escuela fue parte de la construcción de un período complejo en el que se implementaron políticas educativas de diferentes improntas teóricas – ideológicas, enfoques técnicos y estrategias que tienen resonancias en su actualidad.

Por eso, nos interesa pensar en los próximos post acerca de los cambios y permanencias que se vislumbran en las culturas escolares luego de haber transitado treinta años de vida democrática.

Se trata de ejercitar una forma de mirar los procesos culturales que se llevan a cabo en la escuela reconstruyéndolos en las prácticas que implican mixturas, dobleces y reveses, aperturas comunicantes en juego con estructuras rígidas. Nos acompaña la obra del pintor argentino Luis Felipe Noé (1) que se muestra muy sugerente para pensar en esa línea porque conjuga elementos no solo heterogéneos sino también, en algún sentido, con características opuestas: la plasticidad de la tela y la rigidez del bastidor. La combinación de ambos compone la estructura de un paisaje. Paisaje que nos gustaría armar a modo de ensayo a partir de las reflexiones y comentarios.

Si entendemos que en la formación política de los estudiantes están implicadas diversas dimensiones de la vida institucional que van más allá de la enseñanza de contenidos específicos en la “caja curricular”, nos preguntamos en qué sentidos se podría decir que se democratizó la escuela, qué prácticas cotidianas dan cuenta de ello. Cabe subrayar que la cultura escolar en sí misma se propone o se propuso formar un ciudadano democrático pero esta tarea aún está inconclusa en la medida en que la cultura escolar en sí misma entra en tensión con la demanda democrática de sus actores. Esta tensión fundamental se encarna según, la colombiana Castillo Guzmán (2003), en las esferas simbólicas con las cuales se representan, se legitiman y se instituyen las formas de poder y autoridad en el mundo escolar, y que suponen una concepción institucionalizada de los individuos respecto a sus roles en la organización escolar. Se refleja también en las demandas entre la socialización y la individualización, cuestión que trae aparejada el modo como la escuela ha tramitado históricamente la diversidad y la pluralidad de los individuos.

Otro interrogante que nos planteamos es sobre lo que se enseña hoy en la escuela acerca de la democracia. Educar en ciudadanía es uno de los propósitos planteados en los currículos y programas oficiales de las últimas décadas, como demanda asociada a la construcción de una cultura democrática y la consolidación de instituciones republicanas. Sin embargo, su tratamiento conlleva debates y controversias a la hora de organizar su inclusión en los planes, algunas de las cuales se vinculan con el lugar históricamente construido (Siede y Larramendy, 2013).

Orientados por estas dos preguntas publicaremos algunas reflexiones en los próximos posts.

(1). En una lectura de su propia trayectoria, el pintor argentino Luis Felipe Noé explica que a partir de 1982 retomó el concepto de derecho y revés en varias obras, pintando de ambos lados. A veces con aperturas comunicantes o pliegues que juegan con el bastidor a la vista.

Nueva película del director de “Entre muros”

Como parte de la programación de la 5º edición de Les Avant-Premières, Semana de Cine Francés en Buenos Aires (dell 21 al 27 de marzo en Cinemark Palermo) se  estrena en Buenos Aires “El fuego de las mujeres”, la nueva película de Laurent Cantet, director de la película “Entre muros” y “Recursos humanos”.

El film basado en la novela “Puro fuego. Confesiones de una banda de chicas” de Joyce Carol Oates  narra los avatares de una pandilla de jóvenes neoyorquinas rebelándose contra la pobreza y la violencia de género en los `50.

Seguramente en poco tiempo será accesible a todos los públicos y podremos compartir impresiones.

Para más info:

http://www.telam.com.ar/notas/201303/11127-cantet-presenta-el-fuego-de-las-mujeres-en-el-ciclo-les-avant-premires.html

http://www.lanacion.com.ar/1566079-laurent-cantet-lo-que-a-mi-me-gusta-es-filmar-individuos-y-hacerles-justicia