Abierta la inscripción a la cohorte 2014. Los esperamos!
Para inscribirse completar el formulario de pre inscripción en http://educacion.flacso.org.ar/docencia/diplomas/curriculum-y-practicas-escolares-en-contexto
Archivo de la categoría: General
Imágenes y democracia en la escuela
Para completar las reflexiones sobre Escuela y Democracia que planteamos en entradas anteriores en el Blog, presentamos un video que recoge el trabajo colectivo de los colegas cursantes de la cohorte 23 del Diploma en Curriculum y prácticas escolares en contexto (FLACSO) sobre la enseñanza de la democracia en la escuela, acompañados por las Profesores Melina Masnatta y Gabriela Carnevale. Felicitaciones a los colegas ¡Que lo disfruten!
Invitación
Miércoles 11 de septiembre / 18 h. / Aula 9
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Sede Argentina
Ayacucho 551. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Conferencia
Cultura material y escolarización
a cargo de Diana Gonçalves Vidal*
Los posgrados de Curriculum y Prácticas Escolares en Contexto y Lectura, escritura y educación invitan a la conferencia donde Diana Gonçalves Vidal reflexionará sobre los objetos de la cultura escolar en tanto artefactos de innovación pedagógica y de circulación de modelos educativos.
* Es Historiadora (Universidade do Vale do Paraíba, 1985), Magíster en Historia (Universidade Estadual de Campinas, 1990), Doctora en Educación (Universidade de São Paulo, 1995) y posee dos Pos-Doctorados en Educación (Institute National de Recherche Pédagogique – Francia, 2001 y Universidad de Santiago de Compostela, España, 2007)
Parte I. Discusiones sobre la enseñanza de la democracia en la escuela
Propongo imaginar una clase de historia o de ciencias sociales donde el tema del día sea la democracia. El maestro o el profesor comienzan preguntando a los alumnos si conocen la palabra democracia. Algunos responderán que sí; otros que no pero seguro esos primeros minutos terminarán con el profesor o el maestro sistematizando en el pizarrón lo siguiente: demo – pueblo / cracia (kratos) – gobierno; “democracia, chicos, significa el gobierno del pueblo”.
Los niños y/o jóvenes anotarán en sus cuadernos el sentido etimológico de la palabra y seguramente la clase continúe enfatizando la importancia de la participación del pueblo en el ejercicio de la soberanía. Nuestra clase continuará haciendo referencia a la importancia de vivir en democracia: bajo esta forma de gobierno, el pueblo elige y vive libremente.
Sin embargo, en la actualidad el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes, como afirma la Constitución. Entonces, podríamos seguir imaginando esta clase con la comparación entre la democracia de la antigua Atenas y la democracia contemporánea. En la polis griega, hacia el siglo V antes del nacimiento de Cristo, todos los ciudadanos participaban de las decisiones de la polis, se afirma en la escuela. La democracia era entonces, una democracia directa. Pero claro, el crecimiento de la población, entre muchos otros factores como las dimensiones de las ciudades, el surgimiento de la economía capitalista, complicó la participación directa de todos, entonces nuestra democracia actual es representativa.
Si nuestra clase imaginaria además está atravesada por la historia argentina, el siglo XX es testigo de la interrupción de gobiernos democráticos debido a golpes de Estado.
La democracia implica el gobierno del pueblo. Sin embargo, enseñando este aspecto solamente caeríamos en una trampa, como afirma Sartori (2003:31), “discutir sobre la palabra ignorando la cosa”. Si nos quedamos con el sentido etimológico de democracia, continúa este autor, referirnos al gobierno del pueblo alcanzaría, pero estaríamos diciendo poco sobre la democracia.
Si la enseñanza sobre la democracia, como forma posible para vivir en libertad, se reduce únicamente a la idea del derecho del pueblo a decidir quién es el gobernante, termina transformando a la democracia en un slogan vacío o, mejor dicho, en un contenido escolar, es decir, en un contenido que sólo es útil en la escuela.
¿Qué queremos que nuestros alumnos aprendan cuando enseñamos sobre democracia?
Para esta pregunta puede haber muchas respuestas seguramente, pero nos animamos a desarrollar una. La enseñanza sobre la democracia trae implícita –en lo que omite- el miedo a la dictadura. Es decir, nuestro país tiene una joven historia democrática ininterrumpida que nace recién hace 30 años. Se enseña la democracia desde la escuela poniendo el énfasis en que es “el único régimen político posible” porque en ella las libertades individuales están garantizadas y porque los gobernantes los elige el pueblo. Y porque cuando no los elige, la historia nos demuestra que los resultados son atroces. El hincapié está puesto sólo en la posibilidad de elección. Únicamente.
Sin embargo, la democracia como régimen político es compatible con formas de organizar la vida de todos nosotros que siguen siendo desiguales. El marxismo llamaba a la democracia “democracia capitalista” y advertía cómo una forma de gobierno en la cual “el pueblo elegía a sus representantes” era compatible con el modo de producción capitalista, desigual y explotador por definición.
La democracia en la Antigua Atenas era directa, el pueblo se expresaba sin mediaciones. Ahora bien, ¿quién era “el pueblo”? Los hombres mayores de 20 años, repartidos en distritos. Ni las mujeres ni los extranjeros participaban en las decisiones de gobierno y era necesario un régimen esclavista para que un sector de la población pudiese dedicarse a la vida política (Méndez Parnes y Negri, 2006). Democracia y esclavismo iban juntos; el segundo era condición de posibilidad para el primero.
Seguimos pensando sobre el tema…
Gabriela Carnevale, Julio 2013
Parte II. ¿Qué queremos que nuestros alumnos aprendan cuando enseñamos sobre democracia?
Proponemos problematizar la enseñanza sobre la democracia yendo un paso más de su sentido etimológico o de la dicotomía “dictadura – democracia”. Buscar en la Ciencia Política puede ayudarnos a encontrar algunas pistas que permitan generar nuevas preguntas para trabajar en el aula.
Hacia una conceptualización de la democracia
En principio la democracia enfrenta el desafío de lograr algún acuerdo entre los intelectuales sobre su conceptualización. Un acuerdo inicial es oportuno. Para Robert Dahl. el término democracia es un ideal, un objetivo que se quiere alcanzar pero como implica la participación directa de todos, y eso hoy en día es imposible, el sistema representativo intenta asemejarse lo más posible. Para eso se construyen determinadas garantías. De este modo realiza un esquema para definir lo que cualquier Estado debería tener si se llama así mismo democrático:
- Derecho al voto;
- Derecho a ser electo;
- Derecho de los líderes a competir por el voto popular;
- Elecciones libre y justas;
- Libertad de asociación, de expresión, de prensa;
- Que las instituciones públicas dependan del voto popular.
Ahora bien, de estos requisitos hay uno que muchas veces queda olvidado en la escuela, “el derecho a ser electo”. Derecho a ser electo es también la posibilidad de proponerse como candidato, de formar parte del poder ejecutivo o del poder legislativo. Y también es una forma de responsabilidad.
¿Cómo trabajar con nuestros alumnos en el aula debatiendo sobre esta responsabilidad?
La democracia en América Latina
Dentro de la Ciencia Política algunos autores distinguen dos subtipos de democracia. Las consolidadas y las imperfectas. Dentro del segundo grupo, O Donnell se refiere a democracias delegativas:
“quien gana las elecciones estaría facultado para gobernar el país como lo considere conveniente y en la medida en que se lo permitan las relaciones de poder existentes. Como consecuencia, se recrean tendencias con inclinación mayoritaria e individualista: los electores expresan sus opciones en procesos sumamente emotivos y consagran un ganador absoluto, una especia de Leviatán o un delgado capaz de situarse por encima de los conflictos, aislándose del resto de las instituciones y convirtiéndose en el único responsable de los aciertos y errores. La dinámica de estas democracias afecta tanto al sistema de división de poderes, como las funciones de los ciudadanos, reducidos al papel de elector – delegador al momento de la elección y tras ella a una mera condición de espectador pasivo” pp.89.
La democracia delegativa implica que al gobernante se le delega el poder sin ninguna forma de control. Recordemos que una de las principales características de una democracia es que el poder político no se concentra en una persona, por el contrario, existen formas de control sobre los representantes (ejemplo: control entre poderes –ejecutivo/legislativo-, el voto, consultas populares, leyes de información pública, presupuestos participativos, etc.). En cambio, en las democracias delegativas, además de delegar, lo que las caracteriza es precisamente la ausencia de controles de ningún tipo, permitiendole a este Leviatán hacer lo que se le plazca.
Esta forma de democracia, propia de América Latina especialmente en la década de los 90 del siglo pasado, ¿qué nuevos interrogantes genera para resolver con los alumnos si ese “pueblo” termina siendo un “elector – delegador”?
¿A quién/es beneficia entonces la democracia? ¿Qué responsabilidades implica para los ciudadanos?
¿Qué queremos que nuestros alumnos aprendan cuando enseñamos sobre democracia?
Proponemos volver a este interrogante para renovar los sentidos de la enseñanza. Para esto, los invitamos a imaginar una vez más el lugar donde preparamos nuestras clases, donde estudiamos para enseñar. Libros, apuntes, notas, computadora con varias ventanas abiertas, ¿qué lecturas volver a realizar para renovar estos sentidos?
Decíamos que tomar los aportes de la Ciencia Política sobre la democracia puede ser un camino válido. La democracia lejos está de ser solamente “el gobierno del pueblo”. Pensar nuevamente sobre la enseñanza de la democracia implica también repensar la ciudadanía y su ejercicio. Esto último es central especialmente si tomamos en cuenta el rol pasivo que le asigna la democracia delegativa. Porque en definitiva, la democracia es también un régimen político en donde la ciudadanía puede expresarse, tiene derechos y obligaciones. Lo central en la democracia es efectivamente la participación.
Los animamos a que conozcan y recorran el sitio Web de la revista POST Data. Les sugerimos la lectura del artículo del politólogo Robert Dahl sobre la democracia . Las preguntas que inician este artículo son también una excelente invitación a renovar los sentidos de la enseñanza.
Gabriela Carnevale, Julio 2013