Nancy Romero
Es casi inevitable que en tiempos de relax nos encontremos pensando repentinamente en algo que creemos importante recordar más adelante y sin querer vamos armando una lista de cosas que hacer o decir, de encargos o pedidos.
Las listas suelen ser a menudo medios para establecer acciones futuras, programas de acciones, planes. Cuando pasan de la memoria a la escritura ya estamos hablando de prácticas que exigen ser organizadas o pueden serlo a través de lo escrito (agendas, calendarios, listas diversas) Ese fue un tema estudiado por el sociólogo francés Bernard Lahire hace pocos años. Esos registros de escritura lo ayudaron a indagar la gestión de las prácticas cotidianas, por ejemplo la forma en que se elabora la lista para realizar una compra en un supermercado ahorrando tiempo y sin olvidarse nada de lo que se busca.
Y entonces se me ocurrió preguntarnos qué cosas, ideas, sentimientos, pedidos pondríamos en una lista referida a la tarea docente para este 2012. Tal vez mucho de eso se movilizó en el verano en medio de la lectura de libros y revistas o de mirar alguna película, escuchar música y sobretodo de charlas con la familia y los amigos.
A veces traer a la memoria los tiempos pasados nos ayuda a pensar en aquello que nos sería útil para el hoy y el mañana, algo así como retomar lo mejor de las tradiciones para nuestra lista del 2012. Además no hay nada mejor como recordar los momentos fundacionales de los inicios de clases, de nuestra historia como estudiantes y/o como docentes.
Hoy al entrar a una librería me encontré con una mamá con dos hijas en edad escolar que estaban eligiendo útiles. Al decidir qué comprar y qué no parecía que estaban respetando una lista acordada previamente en casa. Esa escena me transportó a la infancia y recordé la ansiedad y el gusto por armar la cartuchera con útiles nuevos a los que prolijamente mi mamá les ponía mi nombre. El olor a nuevo de los útiles auguraba lo nuevo que me esperaba, una sensación que me hacía sentir que si bien encontraría a los mismos compañeros, habría cosas y situaciones novedosas y eso me encantaba.
Como un modo de extender esas tardes de infancias comparto esta foto. Hace poco en una muestra de objetos escolares que hicimos en la cohorte 18 un colega aportó la “troqueladora”. ¿La recuerdan? Probablemente más de uno la haya usado.

¿Cuál es aquel recuerdo que asocian directamente con el inicio de clases? Un recuerdo que se exprese a través de las palabras escritas o también a partir de una imagen y por qué no de sonidos.
¿Qué cosas piensan que vale la pena sumar a nuestra lista para el 2012?