Nancy Romero
Como tantas otras veces ocurrió en el pasado cuando una novedad tecnológica entra a las aulas se generan oportunidades para pensar los modos en que la escuela procesa la transmisión de la cultura en un tiempo y espacio cambiante. En ese procesamiento están involucradas las dinámicas de cambio y permanencia propias de la cultura escolar.
“¿Qué sería lo nacional?”, fue la pregunta de una docente a la afirmación de un colega acerca de la generalización de la inclusión de las netbooks en las escuelas a nivel nacional. Su pregunta remite a considerar que la relación escuela-cultura tecnológica no puede ser abordada sin contemplar una articulación singular y específica con un contexto, en nuestro caso el argentino, de determinada provincia, ciudad y escuela. Esa operación de contextualización es necesaria para abordar la gramática escolar que, si bien, constituye un conjunto de reglas con las que se definen espacio y tiempo, clasifican a los estudiantes, conforman el saber que debe ser enseñado y estructuran las formas de promoción y acreditación, no es universal (Viñao, 2002; Dussel, 2003).
Desde una posición similar, un analista francés, Francis Pisani sostiene que el uso de las tecnologías conforman una “geografía líquida de la creatividad y la apropiación” porque tienden a adaptarse a diferentes culturas, fundamentalmente para satisfacer necesidades humanas. Cuando se incorporan artefactos culturales tecnológicos en el aula supone que pensemos qué hacer con ellos, cómo usarlos y cómo incluirlos en las propuestas de enseñanza. Ya nos ha pasado con el celular, el mp3 y la cámara digital en los últimos años y para ir más lejos en el tiempo con la calculadora en las clases de matemática. Numerosas son las experiencias que en variados contextos llevan a cabo los docentes utilizando distintas herramientas. Entre los colegas que cursan este Diploma mencionan el uso de programas ejecutables en los celulares creado por los profesores para trabajar la divisibilidad de números naturales en las clases de Matemática, el uso del correo electrónico como medio de comunicación más fluido con los alumnos, la grabación de un cd de las canciones que la docente va trabajando con los niños, un proyecto de cinemateca escolar, la creación de un blog en las clases de Lengua, la captación de imágenes en los celulares para trabajarlas en las clases de Plástica, la grabación de la lectura en voz alta para luego trabajar en su reparación, la creación de una red virtual de maestros rurales, un sitio web escolar, un Facebook cerrado a la comunidad de experiencia de directores y la experiencia de construcción de blogs profesionales en este posgrado, entre otros.
Volvamos a la pregunta inicial. ¿Qué se mueve en la gramática escolar a partir del uso de las netbooks? Tal vez sea un poco apresurado este planteo si tenemos en cuenta que el análisis de la dinámica de los cambios y las continuidades en la escuela no puede hacerse fuera de una perspectiva a largo plazo y las netbooks recién están llegando. Sin embargo, nos animamos a esbozar algunos movimientos que pueden percibirse en el día a día escolar. Al interrogante formulado, cada escuela y cada profesor tendrán respuestas diferentes. Por nuestra parte, podemos advertir que las netbooks se están convirtiendo en nuevos objetos escolares y en ese sentido somos los docentes, quienes ocupamos un lugar central porque decidimos hacerlos entrar en la enseñanza, los ponemos o no a disposición de los alumnos. En esas relaciones con el nuevo objeto se ponen en juego las prácticas de lectura y escritura de la contemporaneidad y la definición de contenidos que hacen falta enseñar para favorecer su apropiación.
También, a nuestro criterio, se mueve la autoridad docente y la relación con el conocimiento. La clase ya no está centrada en la palabra del profesor sino en la circulación de conocimiento proveniente de distintas fuentes, cuestión que requiere formación en una variedad de prácticas de conocimiento: la “manipulación” de los saberes se convierte en una forma de aprender. En medio de esos cambios, la intervención del docente como mediador y organizador de la propuesta de enseñanza continúa siendo imprescindible.
Así lo explica Anne Marie Chartier (2008) “Los saberes escolares tradicionales, las disciplinas como la geografía, las ciencias naturales o la física, ¿en qué serán transformados por las nuevas tecnologías? Google Earth permite aprender geografía de forma más eficaz que los mapas en dos dimensiones y yo tengo ganas de que los jóvenes estudiantes del liceo tengan derecho a esas herramientas de ensueño. Las simulaciones en 3D permiten también “visualizar” los procesos físicos o químicos, mostrar los intercambios que se producen en el cuerpo humano o en una corriente eléctrica. Como esas representaciones dinámicas ayudan enormemente a “imaginar” aquello que se oculta detrás de la abstracción de fórmulas matemáticas, estoy segura de que aportarán nuevas herramientas para las clases que facilitarán los aprendizajes. Estoy persuadida de que habría olvidado menos todo lo que he aprendido en física y química si hubiera podido “ver” la electrólisis de esta manera y quizás habría retenido mejor las fórmulas necesarias para la resolución de problemas… Retrospectivamente, podemos insistir en la ruptura o ver cómo lo nuevo se combina con lo antiguo. Hoy los cambios de soportes no cuestionan para nada las ciencias: crean solamente nuevos modos de investigación y de transmisión que modifican nuestras formas de aprender y comprender. ¿Esto modificará nuestras formas de pensar, de razonar, de argumentar? Es posible que así sea en un tiempo, pero no por el momento”.
Los tiempos y espacios, núcleos duros de la gramática escolar, se modifican ineludiblemente. El empleo de las netbooks implica participar en distintas conversaciones a la vez, con los archivos en uso, la consulta en Internet, los compañeros y el docente. Los modos de comunicación e intercambio de informaciones desplazan, redefinen y remodelan el saber en formas y formatos nuevos y nos interpelan a pensar los métodos para adquirir y transmitir dicho saber.
Por último, nos preguntamos de qué forma el uso de las netbooks se está convirtiendo en un “lugar practicado”, en primer lugar, para los docentes y en segundo lugar, para los niños y los jóvenes y con respecto a qué saberes. En ese camino hay mucho por andar para tratar de resolver las diferencias en las diversas formas de alfabetización digital, entre usuarios (vacilantes, carentes de seguridad y, en algunos casos, incapaces de resolver problemas) y manipuladores (creadores del nuevo entorno, calificados para recibir y publicar en el mismo) (Doueihi, 2010).
Las inclusiones/ exclusiones de los nuevos lenguajes en el escenario escolar constituyen un espacio de inscripción donde se entrama la relación entre escuela y cultura, que no sólo se vincula con el contenido que la escuela legitima en su interior (la definición de cuáles saberes culturales enseñar y cuáles no) sino también con la forma en que la escuela en ese procesamiento se permite ajustar, ampliar, o reformular de sí misma. Un ejemplo de ello, ha sido la entrada del cine a la escuela, su inclusión signada por diversos avatares implicó la apertura a una dimensión técnica, a otros registro estéticos, al uso de la imagen en movimiento, a relatos con otras estructuras narrativas, al arte, a la legitimación de otras voces (Serra, 2011).
¿Cual es el tratamiento o procesamiento que recibe el uso de las netbooks como porción de la cultura tecnológica dentro de cada escuela? ¿Cómo se va configurando la relación entre escuela y uso de las TIC? ¿Qué puntos de contacto, fricciones y rupturas se observan en su convivencia? ¿En qué escenarios, cuál es el papel de los sujetos escolares, a través de qué discursos y prácticas se procesa? Estas preguntas tal vez nos ayuden a rastrear en las prácticas los puntos de inflexión donde la gramática escolar se abre a la consideración de las nuevas tecnologías.
Bibliografía
Blog de Francis Pisani: http://bit.ly/BlogTICPisani
Dussel, I. (2003) “La gramática escolar de la escuela argentina: un análisis desde la historia de los guardapolvos”. Anuario de Historia de la Educación N° 4, 11-36
“Enseñar a leer y escribir, en presente y a futuro”. Entrevista a Anne Marie Chartier en Propuesta Educativa N° 32.
Serra, S. (2011) Cine, escuela y discurso pedagógico. Articulaciones inclusiones y objeciones en el siglo XX en Argentina. Buenos Aires:Teseo.
Viñao, A. (2002) Sistemas educativos, culturas escolares y reformas. Continuidades y cambios. Madrid:Morata.