Dentro del servicio de orientación de las instituciones escolares es común escuchar comentarios de padres que hacen alusión a los castigos que les darán a sus hijos por las calificaciones que obtuvieron durante un ciclo determinado de escolaridad. A continuación hago mención de dos experiencias respecto al boletín de calificaciones que nos dicen más de lo que creemos:

En primera instancia recuerdo un caso de una alumna de 3º año de la secundaria, la niña en el segundo año había sido una alumna muy buena tanto a nivel académico como disciplinariamente. Un día revisando  las notas del primer trimestre de su libreta nos damos cuenta que había bajado considerablemente sus notas y que estaba en riesgo pedagógico. Ante esta situación la llamamos al servicio de orientación y comenzamos a indagar por que había sido el cambio. En ese momento la alumna nos menciona que estaba tratando de levantar sus calificaciones y que ella tenía la capacidad para hacerlo. También notamos que estaba nerviosa y que quería decirnos algo más, en un momento la adolescente nos comenta con pudor que se encontraba atravesando un asunto particular. Sus manos se movían de un lado a otro, cuando nos dijo que ya hacia un par de meses que estaba con problemas de alimentación, que había bajado 10 kilos en 4 meses y que era por que no comía. El problema había comenzado por las burlas de sus compañeros el año anterior ya que estaba excedida un poco de peso, por esto fue que decidió dejar de comer e iniciar conductas inusuales para bajar de peso.

La adolescente asumió su problema y nos dijo que ella por fin era como quería ser y que ya habían pasado los peores días, ya que ahora estaba comiendo casi normalmente. Llamamos a su mamá para la entrega de libretas y le comentamos la situación advertida, ella mencionó que estaba al tanto de la situación pero que no había alertado a la institución por considerar el tema como privado.

Desde ese momento trabajamos con ella constantemente para acompañarla en su proceso de recuperación. Aquí nos planteamos otra función del boletín que es ilustrar realidades de nuestros alumnos que superan lo cognitivo.

 

Como segunda experiencia  viene a mi mente preguntarme sobre el proceso de construcción de las calificaciones que se cargan en los boletines y las connotaciones que las mismas tienen en los padres de nuestros alumnos. Digo específicamente en los padres de nuestros alumnos ya que en esta experiencia la protagonista es  una madre de una alumna que ha transcurrido toda su secundaria en nuestra institución y que año tras año su mamá reclama al día siguiente que llega el boletín a su hogar por las notas que allí aparecen. Cabe aclarar que la niña es excelente y que sus calificaciones rondan entre el 9 y el 10.

Su madre ha manifestado abiertamente que quiere que su hija sea la próxima abanderada de la institución y por tanto toda nota que no sea un 10 no es digna de su hija, esto según sus palabras textuales. Ante esta situación de demanda constante la señora asiste con libreta en mano a desafiar a cada docente por la nota colocada a su hija. Constantemente tenemos intempestivas visitas de la señora tratando de amedrentar a los profesores de que cambien las notas, ante esto debemos intervenir con el equipo directivo para que esto no suceda.

La niña paralelamente sufre muchísimo por que cada vez que llega el boletín a su hogar es motivo de discordia y peleas. 

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