BOLETINES, LIBRETAS, INFORMES….¿REFLEJO DE LA EVALUACIÓN EN PROCESO?
Puntualmente me interesa analizar el rol que cumplen los boletines e informes en los distintos niveles del sistema educativo, especialmente en la escuela secundaria. Partimos de la base que el boletín es considerado por el imaginario social un instrumento legitimador de los saberes socialmente validados y establecidos en diferentes momentos históricos y que involucra a muchos actores; alumnos, padres, docentes, directivos y comunidad educativa en general.Tanto los boletines como los informes o libretas en todos los niveles cumplen una función informadora y disciplinadora del desempeño cognitivo-actitudinal de los estudiantes . El boletín en su historia sigue siendo un instrumento o herramienta que emite un valor y una apreciación acotada, prevaleciendo todavía la medición de conocimientos, priorizando el control, la verificación de resultados, en clara relación con una evaluación tradicional, que no da cuenta de lo aprendizajes, de los conocimientos adquiridos, de las dificultades específicas, del ritmo de cada uno de los alumnos, es decir del proceso de cada uno de los estudiantes.Si bien respecto al pasado, nos encontramos con cambios y permanencias, entre las segundas se encuentran la fragmentación del saber en áreas y en etapas, y la calificación conceptual o numérica, de éste modo, n el nivel secundario las libretas de calificaciones responden claramente a una pedagogía del éxito, sin contemplar el proceso y como parte de él , el error como parte del proceso de aprendizaje.
Para el punto de las imágenes seleccioné la película ¨Escritores de la libertad¨ fundamentalmente porque está basada en una historia real que transcurre en Long Beach, en el Instituto Wilson que se encuentra en una zona mayoritariamente próspera, pero en donde los alumnos asignados al aula 203 son los clasificados como casos perdidos, imposibles de enseñar; un grupo de ‘intocables’ que deben superar todo tipo de circunstancias: pobreza, mala educación, historial criminal, drogadicción, padres en la cárcel, y dependencia de pandilleros, más allá de la virtual marginación de la propia Institución que los ¨amontona¨ en un aula estigmatizándolos. Este contexto no se encuentra muy lejos de la realidad cotidiana que los docentes de la escuela bonaerense encontramos en las aulas de la escuela pública con la presencia de un interesante mosaico étnico vinculado a los recientes procesos de inmigración de países limítrofes.Erin Gruwell la profesora de esa aula llena de ideales escoge enseñar en Wilson para hacer un aporte a la sociedad y, en lugar de hallar un programa educativo basado en la igualdad de oportunidades, encuentra un clima de tensión racial, intolerancia, desesperanza y cultura de pandilleros en la que los chicos practican una conducta social de auto-segregación como forma de supervivencia. Esta actitud la muestran a través de la colocación de las mesas por sectores, creando una separación de forma automática, delimitando fronteras entre ellos, dividiendo el aula en diversos territorios y formando grupos separados y de espaldas a la profesora, en un gesto de desafío y de unidad con el propio grupo.La profesora en cuestión, no se da por vencida y donde los demás veían fracasos, ella veía oportunidades. Desde el principio su objetivos era que vieran la relevancia de los textos que tenía en el programa, ya fuera un soneto o un libro como “La Odisea”para que los conectaran con su vida, que las palabras saltaran de la página impresa y cobraran sentido para ellos. Fue propositiva. Quería crear un puente entre los libros y su formación vital, enseñarles que la educación tiene una gran fuerza liberadora y es un instrumento igualitario. nunca bajó el nivel ni los consintió como niños pequeños. Aprendió de ellos para ajustar su programa, dio tiempo extra, fue comprometida con su labor educativa, perseverante, luchadora, objetiva, constante, paciente y honesta. Partió de la historia de vida de los miembros del grupo para encontrar puntos de convergencia y de diferencias, para que aprendan a valorar a cada una de las personas por lo que son, utilizando estrategias y recursos didácticos que partan de las necesidades de los educandos, adaptándolas a sus contextos y de ahí realizar el desarrollo curricular eligiendo los materiales idóneos que den significado a sus problemáticas.. Fomentó a su vez, el uso por estudiante, de un diario, en donde día a día iban utilizándolo para la construcción de sus apuntes. La evaluación era constante, permanente, reflejando el proceso…. por ende, las devoluciones se plantean en forma permanente, día a día, el proceso de marcha y contramarcha, no hay boletín a fin de trimestre que muestre las ¨calificaciones¨ , es una evalución por proyectos en donde la autoevaluación cumple un rol fundamental. Es en el informe final donde aparece la síntesis de la evaluación permanente que se fue haciendo al andar…. No es necesario un calificador, un nomenclador que limite el proceso, que lo califique, que lo numere, que lo estigmatice…

De los boletines de primaria puedo hacer un registro autoreferencial de mi paso por los últimos años de la escuela primaria durante los primeros años de la dictadura. Boletines que recuerdo perfectamente bien, por la diferenciación por áreas y por los calificativos conceptuales que utlizaban en ese momento. Palabras de aliento, de conocimiento del maestro hacia al alumno, de sugerencias y de comentarios actitudinales, daban cuenta a la familia de la trayectoria temporal que habíamos recorrido. Familia que, prácticamente, no tenía interacción en la escuela, sólo cuando era el momento de la entrega de los boletines y ese, era un momento importante para todos. Siempre me hizo ruido (como alumna y como profesora del nivel medio) el término calificación. Entendiendo la evaluación desde esa perspectiva como medida, como instrumento de medición compartimentada frente a un aprendizaje mecánico y memorístico.Hoy las cosas son bien distintas. Fundamentalmente porque el aprendizaje es considerado un proceso y, por ende la evaluación también, en donde se espera que el alumno reflexione, analice, sea crítico sin apelar a recursos fácticos, mecánicos y memorísticos. De ahi que me hace ruido pensar en el boletín simplemente como un calificador, pienso en la necesidad de una libreta, de un cuaderno de evaluación en donde el docente pueda explayarse sobre el aprendizaje del alumno, sobre sus actitudes para con la escuela, sus pares, la disciplina, con el docente….. en el nivel secundario he utilizado muchísimo su libreta para, justamente, alentar, estimular, sugerir, comentar, el recorrido del estudiante frente a la materia que dictaba y que, lamentablemente eso terminaba reducido a una nota numérica que no representaba lo que las palabras significan para ellos y su entorno.

Siguiendo a Guillermina Tiramonti y Flavia Terigi , entre los variados problemas que se presentan en las escuelas, nos encontramos con las asimetrías que se presentan en el proceso de individualización de los jóvenes. Por un lado, para un grupo de los sectores medios y altos es claro que hay una ampliación de las opciones individuales y una mayor presencia de decisiones autónomas (más allá de sus entramados familiares y de clase). En cambio, y, si bien, en el extremo mas bajo de la escala social se repite la ampliación de la autonomía individual es más difícil hacer una asociación con mayores grados de libertad (Castel, ¨individualización negativa¨), es decir, una parte significativa de la población está compulsivamente sometida al proceso de “ser ellos mismos”, sin recursos y sin red de protección social. De ahí la configuración desigual de las oportunidades educativas, las asimetrías y las diferenciaciones que se producen institucionalmente generando tensiones entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que representan ¨las prácticas “habituales” y “corrientes” de las escuelas secundarias) y toda la serie de “invenciones” y alternativas originales que estas escuelas han elaborado para su funcionamiento¨. Este posicionamiento nos permite volver al rol de los boletines, informes y notas en los niveles educativos. Si retomo el contexto socio económico que plantea el film que seleccioné, o al que remití sobre el entramado multicultural en la escuela pública bonaerense, me pregunto ¿Cómo se legitiman las condiciones de educabilidad de los alumnos/as frente a un entramado cultural heterogéneo? ¿Cómo se evalúa y se ¨califica¨ a estos alumnos dentro del concepto de inclusión pero respetando y valorando las diferencias? ¿Qué rol ocupa el calificador llamado boletín en estos contextos?. 2 Terigi, F. (2008). Los cambios en el formato de la escuela secundaria Argentina: por qué son necesarios, por qué son tan difíciles. Revista Propuesta Educativa (29). Tiramonti, G. (2004). La trama de la desigualdad educativa. Mutaciones recientes de la escuela media, Buenos Aires: Manantial.3. Tiramonti, G. (2014) Clase 6, La Escuela Media frente a los mandatos sociales… FLACSO virtual. Especialización Currículum…….Prof. Marisa D’ Aquino

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *