Observamos en estas experiencias rasgos identitarios que subyacen he ilustran a los adolescentes y adultos de nuestro tiempo. Por un lado, retomamos lo ya trabajado en la diplomatura donde decíamos que esta etapa es definida por el contexto donde se desarrolla ya que es una construcción social y que por tanto se modifica. Desde esta mirada y teniendo en cuenta lo trabajado en las clases de este bloque podemos mencionar los cambios que ha sufrido la educación media a lo largo de la historia. Guillermina Tiramonti en una de sus exposiciones aborda el cambio de mirada sobre la educación media dando su visión sobre el actual mandato que prioriza la contención de los estudiantes dentro del sistema.
Así nos encontramos con realidades sociales sumamente complejas que interpelan a las instituciones buscando respuestas inmediatas y de alto impacto en los individuos que allí asisten. Nuestros alumnos buscan acompañamiento, escucha y comprensión, muchas veces, en sus hogares no logran encontrarlo, por esto acuden a otros adultos referentes en busca de una respuesta posible. Así la escuela se convierte en un lugar de cobijo para alguno de ellos. Muchas veces la palabra no es el modo de interpelar sino que es donde aparecen los boletines como herramienta de enunciación de conflictos o las agresiones físicas, verbales o psicológicas.
En función de los adultos que acompañan a sus hijos durante su trayectoria escolar podemos mencionar en función del mismo tema, que en algunas generaciones aún persiste firmemente el ideario de que la educación media generaba la posibilidad de un cambio social contundente. Desde este punto, es que se dan las exigencias respecto a la excelencia en los estudios, tratando de obtener mejores resultados año tras año. Los adolescentes no tienen tan clara esta idea y encuentran poco atractivos los contenidos a aprender diariamente en un marco de educación obligatoria de 14 años de escolaridad.
La pregunta es como hacer de este espacio común de aprendizaje un lugar que sea grato para nuestros alumnos dando espacio para la reflexión y el aprendizaje significativo. Donde se respeten las singularidades, teniendo en cuenta la necesidad de generar posibilidades visibles de crecimiento integral continuo.