De Nanci Memler
Redes para la ciencia el sistema Educativo es Anacrónico” El líder en Educación y creatividad “Ken Robinson” habla sobre la implicancia de los modelos educativos en los niños
De Nanci Memler
Redes para la ciencia el sistema Educativo es Anacrónico” El líder en Educación y creatividad “Ken Robinson” habla sobre la implicancia de los modelos educativos en los niños
De Nanci Memler
En el documento de Orientaciones 1 para escuelas especiales se lee “…La educación especial se concibe como un conjunto de propuestas educativas y recursos de apoyo educativo especializados y complementarios, orientados a la mejora de condiciones de enseñanza aprendizaje para quienes presenten discapacidad. La educación inclusiva centra su preocupación en el contexto educativo y en cómo mejorar las condiciones de enseñanza y aprendizaje para que los estudiantes participen y se beneficien de una educación de calidad..”
En las normativas como la Resolución C.F.E 155/11 destinados a escuelas especiales … “Uno de los fines y objetivos de la política educativa nacional es “Brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos” (LEN Art. 11 Inc. n).
La definición de la Educación Especial como Modalidad, implica brindar a los/as alumnos/as con discapacidad, más allá del tipo de escuela al que asistan, una clara pertenencia a los Niveles del Sistema, superando de esta forma consideraciones anteriores que aludían a subsistemas segmentado[i]6
¿Qué significado tiene el boletín en la escuela especial? ¿Cuál es la finalidad del mismo?… ¿Por qué en la modalidad de Educación Especial no se acreditan saberes? .¿Porqué para acceder a la terminalidad de estudios primarios, el alumno debe certificar en una escuela común ,como única alternativa?.
Al observar los formatos de boletines no encontramos diferencias que remitan a prácticas muy distintas ,pero es necesario que iniciemos un debate amplio y profundo acerca de la acreditación ,porque existen desacuerdos en cuanto a la promoción y o certificación .
Si bien en la resolución del C.F.E aparece como : “La modalidad Educación Especial, de acuerdo a la Ley Nacional de Educación, desarrollará las políticas correspondientes para garantizar trayectorias educativas integrales de los/as alumnos/as con discapacidad.
27. Para dar cumplimiento al Capítulo VIII de la Ley Nº 26.206, los Ministerios de Educación Provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto al Ministerio Nacional a través de la Coordinación Nacional de Educación Especial se comprometen de manera progresiva a partir del año 2012, a: Elaborar normativas y orientaciones técnico pedagógicas para enmarcar los procesos de evaluación, promoción, certificación y acreditación de las trayectorias escolares completas de los/as estudiantes con discapacidad….
Esto aún se mantiene sin precisiones y seguimos trabajando, como una especie de “voluntariado educativo “ …pensando si este alumno que termina su trayectoria escolar primaria puede ir a un taller de jóvenes y adultos o continuar su escolaridad secundaria, dejando una puerta abierta a la incertidumbre…y sin un marco regulatorio claro, debido a que ese “instrumento o herramienta (libreta), que emite un valor y una apreciación acotada, en el imaginario social prevalece la medición de conocimientos, inscriptos en una evaluación tradicional…condiciones no válidas para aquellos en los cuales en el membrete expresa “escuela especial” …
En la experiencia:Nos damos cuenta de la distancia en que nos encontramos entre lo que expresa la reglamentación y la realidad, solo cuando debemos lidiar en la cotidianidad del problema.
Cada año al momento de las inscripciones debemos justificar porque un niño con discapacidad puede ingresar a la escuela común.
[i] LEN N° 26.206. Art. 17.
De Nanci Memler
La intención de presentar este tema es hacer un recorte en una modalidad del sistema educativo qué aún sufre de numerosas “ausencias” o quizás de poco tratamiento.Me refiero a la Modalidad de la Educación Especial.
Los cambios de regulación curricular en Argentina como lo expresa (Daniel Pinkasz)[i][1] son permanentes y continuos , y desde la apertura de la democracia (1984).estos van adecuándose e integrándose de manera medianamente armónica .
El nuevo modelo de educación como “un derecho social”bajo el paradigma de la inclusión ,enfrenta elementos de la cultura escolar que remite a viejas regulaciones y paradigmas.
Poder pensar que algunos elementos de la cultura escolar que mantienen una permanencia ,como también su importancia es plantear una tensión en cuanto a la situación de la certificación y acreditación en esta modalidad del sitema educativo con lo que se solicita o requiere desde el marco político-económico laboral.
[1] Daniel Pinkasz (clase 4 – Diplomatura en Curriculum en contextos escolares ) cohorte N21
Retomando las experiencias compartidas en el Foro de Prácticas Nº 1, comparto las acciones que llevo a cabo actualmente en relación con el boletín escolar como docente de nivel secundario en escuelas artísticas ubicadas en la zona sur de la CABA. Como comenté en el Foro, desde hace cuatro años elaboro una devolución- que toma la forma de comentario escrito- para cada uno de los estudiantes, independientemente de la cantidad, que varía en cada ciclo lectivo escolar. Esta retroalimentación no concierne a los aspectos académicos solamente (cuestión que en algunos casos no puedo dar suficiente cuenta por la vasta cantidad de materias que por incumbencia profesional no dicto), sino al sostenimiento de las trayectorias escolares que como docente-ciudadana debo garantizar en pos de la obligatoriedad que reviste el nivel secundario. De allí, que considero un aspecto central la importancia en la confianza y en las temporalidades que se ponen en juego en las relaciones pedagógicas. Por ello, retomo los siguientes interrogantes que formulé en el espacio de intercambio virtual ¿Qué características asumen las relaciones pedagógicas, conformadas por poblaciones heterogéneas (desde los simbólico-cultural, pasando por lo socio-cognitivo y lo estructural),para los estudiantes y profesores en las prácticas escolares del siglo XXI ? ¿De qué manera re-significan la cultura escolar material?
La segunda experiencia que me interesa compartir sucedió el año pasado en una de las escuelas artísticas de nivel secundario, ubicada en el barrio de Lugano, en el sur de la CABA. Fui la tutora del 4º año, un grupo de 20 estudiantes, repitentes algunos, otros con problemas de aprendizaje en lecto-comprensión, así como también, debo destacar como rasgo de todos ellos la persistencia en querer superarse por ser primera generación de sus familias en egresar del secundario. Sucedió en la reunión de padres, al finalizar el segundo trimestre, a la cual concurrió la mayoría de las familias de los alumnos. Intercambios sobre diversos temas, hasta que llegó el momento de entregarles el boletín; cada uno contenía la devolución, que comenté anteriormente, a la que denominé “Hoja de ruta”, a modo de itinerario de cada estudiante, con mis comentarios, a los cuáles añadía lo de los profesores de las otras materias, y el mío personal. Con cada estudiante, conversaba sistemáticamente sobre esto e incluía su punto de vista en este escrito, a través de preguntas proyectivas con el fin de indagar sobre los sentidos que atribuía sobre su experiencia en la escuela. Muchos, a través de dibujos y frases expresaban con honestidad sus vivencias personales. En uno, decía “Nunca es tarde para mí, siempre persistiré hasta el final aunque sea complicado” cuando la madre de este joven leyó esto último, su rostro se iluminó de una manera especial y me dijo por lo bajo “es que él [por su hijo] no quiere saber nada con dejar la escuela, porque más allá de sus problemas (…) dice que acá encuentra un lugar para estar.”
Como reflexión sobre las experiencias relatadas, encuentro un interrogante sustancial sobre el carácter obligatorio del nivel secundario, según la actual normativa que regula el sistema educativo argentino. ¿Cuáles son los sentidos que atribuyen los docentes, estudiantes y familias sobre el ingreso, permanencia y terminalidad de los estudios? Hoy en día, el sostenimiento de las trayectorias escolares es muy complejo dado que se encuentra entrecruzado con procesos sociales y personales que también le otorgan significación a la función escolarizadora de la escuela. Mi experiencia de trabajar con poblaciones que han padecido situaciones de vulnerabilidad social me lleva a pensar en las estrategias de intervención que día a día deberé re-crear en pos de sostener estas trayectorias escolares plurales, diversas, culturales y heterogéneas. Al mismo tiempo, otro concepto que me parece fundamental en este sentido es el de fragmentación social, desarrollado analítica y conceptualmente por Tiramonti. No se trata del carácter estructural que fuera estudiado por otras líneas teórico-metodológicas sobre la segmentación educativa y sus mecanismos de segregación. Por el contrario, enfatizamos la idea de fragmentación como práctica social que tiende a la diferenciación de grupos socioculturales distintos. La distancia a la que refiere el concepto de fragmentación alude a la existencia de mundos culturales distantes, que no tienen un orden en una escala jerárquica. Por ese motivo, cuando se dice que el sistema educativo está fragmentado nos referimos a distancias que no pueden medirse en términos de mayor o menor conocimiento sino que se distinguen por pertenecer a mundos culturales que difieren entre sí según los valores, expectativas, modos de vida que los organizan. Ahora bien, ¿la escuela puede re-concebir el tiempo y el espacio escolar dando lugar a lo multiple y a las diferencias?
Comparto los siguientes enlaces sobre el tema:
• Film Entre los muros.
• La historia de Ron Clark.
El interés por la selección del presente eje temático radica en analizar el modo en que las emociones y los deseos, en tanto componente de la subjetividad humana, han sido relegados en las prácticas educativas escolares desde la génesis de la escuela como dispositivo moderno. Específicamente, a través del boletín, entendido como objeto de la cultura material escolar, se provoca un conjunto de prácticas que exceden al discurso formal que ese documento expresa -desde la nomina del conjunto de asignaturas con su respectiva calificación, pasando por cuestiones de carácter institucional-organizacional y hasta la apreciación sintética y sucinta de ciertas cualidades de los estudiantes – del orden de lo sensible que inciden en la subjetividad y configuración identitaria de los docentes, los alumnos y sus familias. Motiva la elaboración de esta producción, la necesidad de analizar y problematizar sobre un tema que reviste especial significación en el sostenimiento de las trayectorias educativas y el quehacer docente-profesional cotidiano en las instituciones.
de Ma. Rosa Lujuy
Los niños que ingresan al sistema escolar traen consigo una variedad de conocimientos que deben ser incorporarlos al proceso educativo, y con lo que nos permitiría a los profesores incluir estos conocimientos para ayudarnos a no establecer determinaciones tan definidas en relación de los perfiles que se vislumbran con los reportes escolares[1].
Incorporar a la cultura escolar la cultura de la infancia nos permitiría generar más posibilidades de decisiones en relación al futuro que nuestros estudiantes elijan.
En relación a lo anterior, líneas de investigación nos he permitido visualizar dinámicas y relaciones asociadas a la socialización infantil. La Sociología de la Infancia[2], ha comenzado a discutir estas formas de caracterizar la cultura infantil.
Esto ha permitido ir incorporando elementos con los cuales se ha enriquecido la práctica docente y al mismo tiempo ha generado que los profesores agreguen repertorios que van más allá de las calificaciones u las habilidades y competencias que los estudiantes pueden desarrollar en una signatura de clase para definir en lo que estos estudiantes pueden ser buenos; y con lo cual se ayuda a no determinar a las personas a través solamente de los boletines escolares.
En este sentido, una de las líneas de trabajo de la Sociología de la Infancia es sobre: El niño es un participante activo del proceso que define su identidad: junto con el adulto, participa de la constitución de su identidad social, aunque en diferentes posiciones de poder.[3]
Aun cuando, estas ideas han sido incorporadas a las prácticas educativas, seguimos ingresado a la escuela definida por una serie rituales y de códigos manifiestos y/o tácitos, que funcionarán como contextos de desempeño de cada cual: estudiante, docente, directivo, padre, entre otros. De cada rol, la institución tiene expectativas y para cada uno tiene algunas promesas. Quien quiebre las expectativas, se verá privado de las mieles de sus promesas y, de ese modo, se van configurando “buenos” y “malos” alumnos, “buenos” y malos” docentes, familias “bien” o “problemáticas”, “ausentes”, etc[4].
Por esta razón, estamos frente a un desafío que supone avanzar en la modificación de ciertas prácticas escolares del espacio escolar. Los niños viven hoy en sociedades que permiten, más que antes, que se discuta libremente y que se oponen a la autocracia. De la misma manera, su reconocimiento como sujetos autónomos y como ciudadanos imprime nuevas exigencias a las formas de construir una autoridad cultural docente.[5]
[1] Stagno, Leandro, Clase 1: Sobre las formas de pensar y vivir las infancias, pág. 9
[2] Stagno, Leandro, Clase 1: Sobre las formas de pensar y vivir las infancias, pág. 9
[3] Ibid.
de Ma. Rosa Lujuy
En cuanto a los boletines escolares, les comento que en Chile se llaman libretas de notas o informes de notas, los cuales se entregan (los informes) dos veces en el semestre y la libreta se entrega al final del semestre con los respectivos promedios.
Bueno la descripción que se pueden realizar de las libretas de notas, es que en ellas se entregaba un informe de personalidad en donde se expresaban en términos cualitativos evaluaciones en torno al comportamiento, responsabilidad, asistencia, entre otros.
También incluía un espacio en el cual la profesora o profesor describía los interese de cada estudiante de acuerdo a los promedios que se tenían en cada asignatura.
Por ejemplo, si uno tenía buen promedio en Historia, era buena para el área humanista.
Luego venía el espacio donde estaban las asignaturas, las notas y los promedios semestrales. Y en la parte de atrás se ponía una observación positiva sobre el trabajo realizado.
En relación a las sensaciones que como estudiantes se tenían en relación a la libreta de notas es que esta determinaba la vida futura de los alumnos, ya que se suponía que según el “área de interés” que se definía a partir del promedio de notas que se tenía en ciertas asignaturas, era lo que se tenía que potenciar y por tanto otras “áreas de interés” que se podían llegar a tener como estudiantes se dejaban de lado en función de “las potencialidades” que cada uno tenía.
Por tanto los reportes o libretas que al final de cada curso eran entregadas y nos iban forjando como personas, e se suponía, nos iban orientando en relación a lo que se creía haríamos a futuro, si seguiríamos estudios superiores o simplemente salíamos al campo laboral.
En este sentido las libretas de calificaciones eran muy importante y por tanto muy determinantes para nuestra vida futura.