Archivo por meses: agosto 2014

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Panelistas en el proyecto “Ciudadanización en tiempos actuales” (en la capilla de la cárcel)

EXPERIENCIA 1

Había sido una jornada plena, colmada de emociones fuertes y sentires de gloria, de haber triunfado. Era el último día de clases de la primera parte del año y todas las escuelas que se desempeñan en ese establecimiento penitenciario habían llevado a cabo el primer evento del año del proyecto “Ciudadanización en tiempos actuales”. Éste ha costado más que otros, en tanto el servicio penitenciario intentó opacar sus potencialidades a través de la burocracia de las autorizaciones. Es un proyecto sentido, valorado, premiado, reconocido y que consiste en que los estudiantes presos inviten a personalidades del medio (políticos, funcionarios, etc.) a debatir con ellos sobre temas que le son de interés. Este viernes charlábamos sobre “El trabajo y la capacitación laboral”.

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Debate en el proyecto “Ciudadanización en tiempos actuales” (Capilla de la cárcel)

 

Tomamos la palabra. Proyecto “Ciudadanización en tiempos actuales” (Capilla de la cárcel)
Tomamos la palabra. Proyecto “Ciudadanización en tiempos actuales” (Capilla de la cárcel)

Al terminar dicho evento en el que el trabajo había sido puesto en cuestión, así como la relación de los estudiantes con él, donde habían circulado conceptos e ideas muy potentes respecto a la vinculación del trabajo con la inclusión y la exclusión; un estudiante que no asistió al mismo, desde su pabellón me reclama que le entregue su boletín. A su pedido se sumaron otros y vi en ellos un reclamo poderoso que, para mí no se correspondía con lo que solicitaban. ¿El boletín incluía más que la participación en el evento? 

EXPERIENCIA 2

http://pilaradiario.com/noticias/Tribuna-del-lector-Violencia-en-las-escuelas_14603  http://www.amsafe.org.ar/formacion/index.php/4-el-derecho-a-la-educacion-y-las-trayectorias-escolares-de-ninos-y-jovenes

Luego de escuchar a Luis Cabeda y su experiencia sobre invitar a los docentes a “felicitar a los estudiantes”, nos propusimos provocar a los profesores para que, junto a las notas del 2° trimestre del año, enviaran una “felicitación” a sus estudiantes. Personalizada y basada en la experiencia del tiempo compartido. Confeccionamos entonces, un boletín diferente. Incorporamos una tabla en la parte posterior en la que aparecían todos los motivos por los que cada profesor felicitaba al estudiante. (Ver boletín). Fue impresionante el impacto. Profesores que se negaban a hacerlo, profesores que en lugar de felicitar compartían una característica negativa del estudiante (por ejemplo: “distraído”). Estudiantes sorprendidos, sensibilizados, agradecidos, cercanos.

 Boletín con felicitaciones

1° hoja

CENMA Nº 89

Ciclo lectivo

2013

CURSO DIVISIÓN
ESTUDIANTE: PEREZ,  RAMON
ASIGNATURAS

1º Tri

2º Tri

3º tri

Anual

coloq

Exam

Final

Lengua

9

7,5

Matemática

10

10

Inglés

8,5

8

Historia

9,5

10

Geografía

9,5

10

Físico Quí

7,5

7,5

Biología

7,5

7

Taller ciudadanía y participación

8

8,5

Taller orientación

8

9

Formación para el Trabajo

9,5

9,5

Se trata de un boletín informal, dado para que los estudiantes conozcan y puedan dar a conocer a sus familias las calificaciones obtenidas en sus estudios.

Dorso:

Estudiante: PEREZ, RAMÓN
El profesor… Te felicita por:
Nydia Gómez Por tu aplicación al estudio
Alejandro Ramirez Por las excelentes producciones y relaciones realizadas
Mónica García respeto esfuerzo y participación

Laura Sicardi

Por tu curiosidad, solidaridad y trato respetuoso

María Velez y Natalia Brito

Por tu trabajo constante, tu participación, responsabilidad y reflexión.
Miguel Estuardo Tu participación y aportes en las clases.
Marcela Baigorria Por tu asistencia y trabajo en clase
Claudia Torres entusiasta

Cada profesor expresó su felicitación al mismo estudiante que fueron comunicadas de esta manera.

 

La complejidad de las experiencias relatadas problematizan y ponen en cuestión el boletín, los proyectos integrados, la relación docente – estudiante, la valorización de la escuela y la vinculación de estos aspectos con la evaluación. El boletín, como ritual de una escuela moderna que expulsó a nuestros estudiantes con sus gramáticas y currículum y a la que ellos pretenden y reclaman pertenecer. Exigen estar, ser parte y que esa inclusión se represente a través de ese ritual de “pertenencia”.
Desde esta posición los sujetos estudiantes presos, así como la ideología de los que gobiernan las cárceles, imaginan una escuela tradicional y homogénea que “modere” las conductas de los sujetos a través de prácticas y dispositivos funcionales. El boletín, como única expresión de certificación y como privilegiado medio de comunicación entre la escuela, los estudiantes y las familias; es uno de los rituales que parecen formar parte de un imaginario inclusor.
La pregunta que complica es ¿Cómo potenciar prácticas de intercambio cultural con rituales propios de una escuela expulsora? La política nacional que enmarca la Educación en Contextos de Encierro, así como los proyectos institucionales sueñan otra escuela y otros modos de relacionamientos. La educación como un derecho, la experiencia educativa como escenario de intercambio de saberes, el currículum como lazo social que hace mella en los procesos de inclusión simbólica.
Los boletines como cultura material de la escuela moderna, ritualizados en tanto acreditación del “ser parte”, “comprender”, “aprobar”; son reclamados por los estudiantes como rituales de inclusión a un mundo que ya no existe. Pero también a un mundo del que fueron excluidos. Por ello, este tipo de inclusión ficcional nos pone en el centro de un conflicto. Si el boletín forma parte de lo que llamamos cultura material de la escuela, y pensamos al lazo cultural como lazo identitario, podemos ver traducidas las demandas por un boletín en un reposicionamiento y exteriorización de unos procesos de subjetivación que colocan a los estudiantes presos en un nuevo lugar: el de “estudiantes”. Construyendo una nueva identidad, que los acerca a lo que Robert Castel (1995) denomima: “… la inscripción del sujeto en estructuras portadoras de sentido” . Tener el boletín es ser estudiante, pero no sólo por lo que éste representa físicamente, sino porque puede comunicar al resto un proceso que el estudiante vivió y que lo posiciona como “potencia”. Las buenas calificaciones lo ligan simbólicamente, le modifican su imagen frente al entorno inmediato, pero también legitiman sus potencialidades frente al mundo y a sus propias representaciones.
La exclusión se profundiza cuando se “cierran” las posibilidades de comprensión del mundo y de la cultura y los aconteceres se ritualizan en prácticas supuestamente inclusivas pero que, al estar vacíos de sentido, no producen conflictos. La invitación a más, a hacer algo con los procesos de identidad que ofrece la cultura escolar con su nueva gramática, aquella que amplía cada vez más los procesos de subjetivación. Aquella que provoca, a través del diálogo cultural, a los sujetos en su integralidad, que los conflictúa al atravesarlos con nuevas y diferentes creaciones. Que sacude el cuerpo y el alma al provocar los sentidos y la reflexión. Para graficar esta idea, recupero la última frase del films “César debe morir”: “Cuando el arte entró a mi vida, mi celda se convirtió en una cárcel”.

El boletín en las escuelas que funcionan en las cárceles: entre rito y lazo

Cómo se vinculan, qué representaciones tienen sobre él o qué representa para los sujetos un elemento de la cultura material escolar como el boletín. Constructo que está siendo cuestionado, que en más de una ocasión se convierte en un corsé que pretende encasillar y estructurar, lo que para muchos no puede encerrarse. Lo que ocurre a los sujetos en un proceso de intercambio de experiencia, en un espacio de creación y construcción, raras veces puede ser comunicado a través de un formato pre establecido y estructurado, que viene a imponer un límite temporal externo, que interrumpe, frena, o acelera aconteceres.

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El sujeto estudiante preso: sujeto de derechos

Sin embargo, algo les pasa a los sujetos con él, algo que los lleva a reclamarlo, a necesitarlo y referenciarlo como parte indiscutible e irreemplazable del proceso educativo. Sin boletín, no hay escuela. Si no se tiene el boletín, no se aprendió.  Pareciera que el único elemento de certificación de que lo que aconteció es real, el único que permite que los procesos adquieran materialidad  y puedan comunicarse, es el boletín.

El sujeto estudiante preso
El sujeto estudiante preso